También arrasa la literatura erótica en las librerías platenses

Tras el éxito de ventas de “Cincuenta sombras de Grey” -siete meses le bastaron para vender 300.000 ejemplares solo en las librerías de nuestro país- las propuestas eróticas siguen al tope de las ventas con más títulos, cruzando el límite de los textos románticos cuyo público selecto era femenino, y rompiendo convenciones e inundando el mercado con nuevas sagas, cuentos y novelas cada vez más picantes que tientan a varones y mujeres por igual.

Según destacan libreros y editoriales, el nicho representado por la “literatura rosa” parece haber quedado detrás de las ventas que por estos días representan los nuevos títulos de “porno suave” que mes a mes se instalan en las librerías de todo el país.

Según se señala, sagas surgidas de blogs pasan al papel, como “El affaire Blackstone”, de la estadounidense Raine Miller, que ya lleva su segunda entrega en el país, y autoras locales rompen el molde publicando un género culturalmente escrito por y para varones, sorprendiendo con relatos como “Cuarenta grados a la sombra” o “El Kamasutra de Grey”, que se agolpan en los escaparates.

“La atención que se le presta a la literatura erótica desde las editoriales -señala la editora Ana Wajszczuk- no cambió tanto, aunque claramente la trilogía de Grey mostró un nicho que tiene que ver con una vuelta de tuerca a la típica historia de amor”.

“Erótica se escribe desde siempre -aporta desde otra editorial Florencia Ure- lo que no se hace desde siempre, tal vez, es aceptar que se lee o leer erótica públicamente”.

“Desde que se editó la saga -añadió- viajé a Nueva York donde llegué a contar ocho personas, dos eran hombres, leyéndola en un vagón de subte; en una caminata de una hora en Cuba conté 25 personas leyéndola; en Uruguay vi muchísimas brasileñas con el libro; en Corea se hizo una versión soft para poder comercializarla y es el título más vendido del Reino Unido”.

“El porqué de una moda siempre tiene algo de misterio -sostiene Ure- pero James combinó de manera perfecta romance y actualidad, lo cual engancha a los adolescentes; y sexo con amor, porque más allá de las relaciones sado, todas son consensuadas y eso da en el blanco del imaginario femenino”.

La psicoanalista Patricia Malanca refiere una anécdota que sirve para medir los alcances de este fenómeno.

“Recuerdo una reunión -señala- en que una abuela me contaba que estaba leyendo `Cincuenta sombras...` porque sus hijos se lo regalaron para navidad con mucha soltura. Desde ese lugar, la literatura erótica es también un canal de inclusión. Nuestras abuelas leían Corín Tellado, pero la mayoría no eran profesionales, y las mujeres que hoy consumen esa literatura, además son médicas o abogadas, catedráticas de una generación que requiere otro nivel de estimulación”.

“Con estos fenómenos -sostiene por su parte el filósofo Darío Sztajnszrajber- hay una doble variable. Colocar la literatura erótica fuera del mundo íntimo parece hacerle perder su mística, pero siendo el sexo una pulsión históricamente retenida, pareciera que la masividad de esas lecturas lo despoja de aparatos represivos y, así, recuperar la lectura erótica puede resguardar una zona imaginativa”.

“Este éxito de lo erótico -se sostiene en las librerías- influye a la hora de elegir nuevos títulos, y cuando una editorial acierta con un éxito tan rotundo, el resto intenta imitarlo. Así, se han repuesto títulos como “S.e.c.r.e.t”, de Marie L. Adeline; “Siete años para pecar”, de Sylvia Day; “Diario de una sumisa”, de Sophie Morgan, o “El límite del placer”, de Eve Berlin, todos derivados directos del multimillonario éxito de James, que están entre los libros más vendidos del país”.