Insuficiencia cardíaca, nueva epidemia del siglo XXI

Por DR. DIEGO F. ECHAZARRETA (*)

El síndrome de Insuficiencia Cardíaca (IC) es el resultado de la incapacidad de bombeo del corazón para satisfacer los requerimientos del cuerpo humano. Ello no significa que el corazón haya dejado de funcionar. Como consecuencia de la IC la sangre se mueve a través del corazón y el cuerpo a un ritmo más lento y la presión en el corazón aumenta. Las cámaras del corazón responden estirándose para mantener más sangre para bombear en el cuerpo. Esto ayuda a mantener la sangre en movimiento por un período corto pero luego las paredes del músculo cardíaco se debilitan y pierden la capacidad de bombear fuertemente. Los riñones a menudo responden haciendo que el cuerpo retenga líquido (agua) y sodio. El líquido se concentra entonces en los brazos, piernas, tobillos, pies, pulmones u otros órganos y sobreviene la fatiga y la falta de aire (disnea).

¿Por qué la IC se está consituyendo en epidemia?

La IC es una condición común, costosa, incapacitante y potencialmente mortal. En los países desarrollados, alrededor del 2% de los adultos sufren de IC, pero aumenta en los mayores de 65 años. Es la principal causa de hospitalización en personas mayores de 65 años. La prevalencia de la IC es elevada en países industrializados, debido a la mayor edad de la población, a la prevalencia de la hipertensión arterial y a una mejoría en la sobrevida de la enfermedad aterosclerótica especialmente aquella seguida de un infarto de miocardio.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas de IC pueden ser leves o severos, dependiendo del tipo de daño que se haya producido en el corazón y del tratamiento instituido. Los síntomas están relacionados a cambios que ocurren en el corazón y el cuerpo, incluyendo: pulmones congestionados (causados por fluidos que retienen los pulmones) causan respiración entrecortada con ejercicios o un respirar dificultoso en descanso o al estar acostado en la cama. La disminución del flujo de sangre hacia los riñones causa retención de líquido y agua, resultando en tobillos inflamados (edema), piernas y abdomen, así como ganancia de peso. La disminución de sangre a los principales órganos y músculos causa fatiga y debilidad al hacer ejercicio. Menos sangre al cerebro también causa mareos o confusión.

Puede presentarse sensación de plenitud en el estómago con pérdida de apetito o náuseas. Una aceleración del latido del corazón para bombear la sangre suficiente para el cuerpo causando latidos rápidos o irregulares.

¿Cuál son las causas de la IC?

La IC está causada por muchas condiciones que dañan al músculo del corazón, incluyendo enfermedad de las arterias coronarias: (ateroesclerosis) es una enfermedad de las arterias que proveen sangre y oxígeno al corazón. La enfermedad de las arterias coronarias ocurre cuando se impide el normal fluir de la sangre por las mismas. Las paredes de las arterias se hacen más gruesas y depósitos de grasa y placa bloquean el flujo de sangre a través de las arterias produciendo “angor” (dolor en el pecho); infarto agudo de miocardio: ocurre cuando una arteria coronaria se bloquea repentinamente, deteniendo el flujo de sangre al músculo cardíaco, dañándolo; hipertensión arterial: el control inadecuado de la presión arterial puede desembocar en la IC.

¿Cómo se trata la IC?

La insuficiencia cardíaca se trata diagnosticando su presencia en forma adecuada e iniciando precozmente su tratamiento; haciendo cambios dietarios que incluyen entre otras medidas: la disminución de la cantidad total de sodio (ClNa) que se consume a 2000 miligramos o 2 gramos o menos por día, ingiriendo alimentos altos en fibra y potasio, limitando el total de calorías diarias para perder peso si fuera necesario y limitando los alimentos que contienen azúcar refinada, grasas saturadas y colesterol; tomando medicación prescripta por el médico; haciendo cambios en el estilo de vida, incluyendo monitoreo de su peso, incrementando el nivel de actividad (según las recomendaciones del médico), descansando más a menudo, planeando sus actividades, perdiendo peso si tiene sobrepeso y evitando o reduciendo el alcohol; cumpliendo estrictamente con las consultas de control con el médico; realizando ejercicios de rehabilitación cardiovascular monitoreados por profesionales adecuados; sometiéndose a una intervención quirúrgica si fuera necesario: las cirugías para la insuficiencia cardíaca incluyen desde el bypass coronario, la reparación de la válvula mitral, las cirugías ventriculares y cuando estas alternativas no son suficientes, el transplante cardíaco; en algunos casos a través de la utilización de marcapasos con características especiales (resincronizadores-cardiodesfibriladores).

¿Cuál es la perspectiva?

Con el cuidado correcto, la mayoría de los pacientes portadores de IC pueden mantener una aceptable calidad de vida. La perspectiva de futuro dependerá del grado de daño inicial producido en el músculo cardíaco, la presencia de síntomas y la respuesta y cumplimiento del plan de tratamiento.

(*) Miembro de la SociEdad de Cardiología de La Plata; presidente del Comité de Insuficiencia Cardíaca e Hipertensión Pulmonar de la Federación Argentina de Cardiología