En las escuelas se perdió casi todo el primer trimestre

DESDE EL 25 DE FEBRERO HASTA HOY, LOS ALUMNOS DE 5º A Y 5º B DEL NORMAL 2 SÓLO TUVIERON 2 DÍAS COMPLETOS DE CLASES. LOS PADRES PRESENTARON UNA QUEJA FORMAL. “NOS RESPONDIERON QUE NO PUEDEN GARANTIZARNOS QUE LOS CHICOS NO PIERDAN EL AÑO”, DICEN

Desde el 25 de febrero, día del inicio de las clases y hasta el último viernes, los chicos de los quintos grados A y B del Normal 2 tuvieron solamente dos jornadas completas de clase. Incidieron, dicen los padres de esos chicos, preocupados, los ocho paros docentes registrados desde el inicio del año lectivo, asambleas y marchas de protesta a las que se plegaron las maestras, los feriados, la inundación. Lo cierto es que, alarmados, esos padres hicieron presentaciones formales ante la dirección de la escuela donde la respuesta que recibieron los inquietó todavía más: “no pueden garantizarnos que los chicos no pierdan el año”, dicen Claudia de Uhalde, Graciela Parodi, Alejandra Cortese, Adrián Calogerópulos, María Severino, Karina Gargiulo y José Gil, algunos de los padres de los chicos afectados que hablaron con este diario.

El del normal 2 es un caso extremo, pero basta consultar a padres de chicos que estudian en otras escuelas donde, por distintos motivos, se perdieron muchos días de clase en lo que va del año, para que aflore la misma preocupación.

“Ya estamos en el mes de mayo y mi hijo, que tiene 11 años y empezó el secundario no cumplió ni un mes completo de clases. No aprendió nada, apenas si se dedicaron a repasar los contenidos del primario, pero lo peor es que no logró integrarse con sus nuevos compañeros ni con la dinámica de la escuela. Creo que a esta altura es muy difícil que se terminen de dictar los programas y eso sin tener en cuenta que, a pesar de que ahora hay una nueva negociación entre gremios y Gobierno no se puede descartar que haya más paros a lo largo del año”, dice Karina Flores, operaria de una fábrica y estudiante de Derecho que reconoce que cada día de paro la obliga a alterar profundamente la rutina cotidiana, convocando a familiares disponibles para que cuiden a su hijo.

Si bien sobre el final de esta semana el Frente Gremial Docente y el Gobierno bonaerense retomaron el diálogo con el compromiso asumido por los primeros de no tomar medidas de fuerza mientras dure la negociación y de las autoridades de no descontar los días de paro, la inquietud no cesa en la comunidad educativa, donde son muchos los padres y docentes que , aunque consideran justo el reclamo de los maestros, entienden que ya se perdieron muchos días de clase y que está en serio riesgo el desarrollo de los programas escolares previstos.

“Hasta ahora podríamos hablar de un año casi perdido”, expresaban ayer directivos de una de las escuelas más grandes de la ciudad, adonde el anuncio de la apertura de una instancia de negociación representó un respiro.

Con todo, hay expertos que creen que, aunque el conflicto se resuelva será difícil de revertir la cantidad de días de clase perdidos desde el inicio del ciclo lectivo.

La directora de la Escuela Número 2 de Berisso y pedagoga platense María Lilia Merdzdorf plantearon oportunamente que “la seguidilla de paros en una fecha tan clave como el inicio del año es totalmente nociva y no tiene recuperación”.

Como Merdzdorf, también el antropólogo y especialista en educación platense Héctor Lahitte puso el acento en que recuperar los días supone abordar los contenidos de una forma más rápida y superficial, lo que resiente la calidad educativa.

“Cuando los tiempos no dan para cumplir con los programas se acelera el dictado de las materias, con la consecuencia de que se aprende peor. Pero hay algo más grave y es que el chico naturaliza esta situación. Se acostumbra a la incertidumbre y a no creer en el mundo de los adultos”, sostuvo.

La reapertura del diálogo, en tanto, es vista con optimismo desde los gremios, donde destacan que el hecho de volver a negociar con agenda abierta retrotrae el conflicto a sus inicios y abre la posibilidad de llegar a un acuerdo.

Desde los sindicatos se relativiza el impacto de los paros sobre el desarrollo de los programas y se pone el acento en que los maestros cuentan con herramientas para recuperar los días perdidos tanto por los paros como por otras contingencias, como las inundaciones.

Uno de los puntos álgidos de las negociaciones que se retoman es el salarial. El Gobierno otorgó a los docentes por decreto un aumento del 22,6% en tres tramos (marzo, setiembre y diciembre), a cobrarse en enero de 2014.

Para María Laura Torre, secretaria gremial de Suteba “ es difícil hablar de lo que gana en promedio un docente y de lo que. a nuestro juicio, tendría que ganar. Lo que es claro es que lo que buscamos es elevar el porcentaje otorgado por el gobierno porque consideramos que es insuficiente y al mismo tiempo buscamos reducir los tramos en que se van a pagar esos aumentos”.

Con todo, la cuestión salarial es, señala Torre, apenas una dentro de un amplio abanico de temas a tratar en la negociación, que incluye la titularidad de miles de docentes en toda la provincia, el estado de las prestaciones de Salud y la situación edilicia de las escuelas, entre otros.

Sandra Caschera es docente de biología en una escuela del centro y se muestra esperanzada con las negociaciones, al tiempo que relativiza el impacto de los paros en la calidad educativa: “Todos esperamos que se llegue a un acuerdo, porque el reclamo es totalmente válido. El poder adquisitivo del sueldo docente se derrumbó y eso se siente mucho en la economía familiar. Yo les diría a los padres que no se preocupen tanto por el impacto de los paros, porque todos los docentes tienen estrategias para cumplir con los objetivos y para que los días de clase perdidos no impacten negativamente en la calidad educativa”, sostuvo.

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