Leandro Desábato y su futuro: “Quiero lo mejor para Estudiantes”

EL CHAVO DESABATO VOLVIO A SER EL PATRON DE LA DEFENSA DEL PINCHA

En la puerta del vestuario de visitante del Monumental de Rafaela hay un grupo de amigos de Leandro Desábato. Son de Cafferata, su ciudad natal, próxima a la Perla del Oeste. Lo esperan. Cuando llega lo abrazan y felicitan por el triunfo de Estudiantes. También por su actuación.

El Chavo, que hace dos semanas confesó su decisión de marcharse y el domingo fue figura del equipo, ahora lo está pensando. La llegada de Mauricio Pellegrino, la insistencia de Alayes y el reconocimiento de la gente parece que están jugando un rol importante.

Asegura que lo pensará, pero que “si creen que cumplí un ciclo daré un paso al costado”. Desnuda, así, que esas palabras vertidas desde varios sectores del club, pero que ahora está dispuesto a hacer borrón y cuenta nueva para quedarse y cumplir el sueño de terminar su carrera en Estudiantes.

- La pregunta obvia de este último tiempo ¿qué vas a hacer después de junio?

- Yo le estoy agradecido a la gente y a Estudiantes. Todo lo que soy y conseguí en el fútbol fue gracias a Estudiantes. Mi familia está muy identificada con el club y hay veces que las cosas las pienso para no lastimar al club. Porque haya ganado cosas importantes no me tengo que quedar a vivir. Tendré que dar un paso al costado, no ser egoísta y pensar en los compañeros que están en el banco y abajo. Eso pensé en su momento y lo sigo pensando. Después se hablará bien. No quiero perjudicar a nadie.

- La gente te despidió con una ovación: ¿no se le puede dar un mensaje a ellos?

- No me gusta jugar con la gente. Soy realista y en su momento, cuando me tocó andar mal se creyó que había cumplido un ciclo. Eso me hizo replantear varias cosas, se lo dije a los dirigentes y si tengo que dar un paso al costado no tengo que ser egoísta ni caprichoso. Siempre dije que quería terminar mi carrera en Estudiantes, pero hay cosas que no se dan. Y si no se dan tiene que buscar lo mejor para Estudiantes. Hay que pensarlo.

- Entonces significa que podés torcer la decisión.

- En un mes no puede cambiar tanto. Tengo que estar tranquilo y pensar, realmente, en el equipo, en los chicos que están abajo. Si le sigo siendo útil al equipo seguiré, sino es mejor dar un paso al costado.

- En los últimos partidos te parecés al Desábato de tiempo atrás. ¿Lo ves así?

- Estoy cansado de decirlo: si jugara al tenis sería mucho más fácil, porque dependo de mí nada más. Si el equipo está bien es normal que las individualidades aparezcan.

- ¿Y a qué se debe que hayan aparecido ahora?

- Son un montón de cosas. Llegó un técnico nuevo que trata de plasmar su idea y se trabaja mucho en la semana. Por suerte, sobre todo en los primeros tiempos se han visto detalles del equipo que pretendemos ser. En los segundos tiempos nos cuesta, tal vez porque vamos en ventaja y el rival tiene que salir a buscar. No sé si es el temor a que nos empaten que nos replegamos y dividimos la pelota. A medida que pasen los partidos lo vamos a ir mejorando.

- ¿Desaparecieron aquellos detalles de la primera parte del año?

- No sé, hay detalles que te hacen ganar y otros perder. Es un equipo, si todos damos lo mejor y ajustamos los errores los detalles se van haciendo más chicos y se consiguen cosas importantes. Ni éramos un desastre ni somos los mejores.

- ¿Te dejó conforme la actuación en Rafaela?

- Creo que en el primer tiempo jugamos bien. Tuvimos mucha tenencia de pelota e hicimos correr al rival. Y creo que en el segundo tiempo era sabido que en una cancha chica nos tiraran pelotazos. Además, con el miedo a que nos empataran nos metimos atrás y nos faltó estar precisos para sacar la contra. Recién en el final pudimos liquidar el partido. Estamos contentos, estamos mejorando como equipo y eso es lo más importante. Tenemos cosas positivas para rescatar.

- ¿Cuánto influyó el gol tempranero de Duván Zapata?

- Bastante porque eso te da confianza. Pero siempre vi al equipo convencido de lo que quería. Sólo nos complicaron cuando venían seis o siete a cabecear al área. Siempre estuvimos atentos.

- ¿Cuánto tiene que ver la cabeza en este momento?

- Y.. cuando las cosas salen bien tu cabeza está bien. Tenés que seguir por la misma senda y jamás creértela, ni siquiera en los buenos momentos. Todos, los grandes y los chicos. Yo soy de los grandes y quiero demostrar que estoy vigente.

- ¿Son un equipo que recuperó la confianza?

- Somos un equipo que de a poco va encontrando la identidad que quiere el técnico, que es intentar jugar cuando tenemos la pelota, ser agresivos y defender si el rival nos ataca. El equipo creció y tenemos que seguir por esa senda.

- ¿Un aspecto a mejorar es la pelota parada en defensa, ya que el rival les cabecea mucho?

- Sí, seguramente. No tenemos mucha gente alta, es real. Hay que practicarlo. Los únicos altos somos Duván y yo. Ellos tenían tres o cuatro altos. Pero ojo que sólo una vez cabecearon bien, después lo hicieron forzados. Eso es importante. Siempre hay cosas para corregir, pararse más afuera, estar atentos a la segunda pelota. Estamos contentos, tenemos un técnico que le gusta trabajar mucho y a los más jóvenes les va a venir bárbaro. Y a los más grandes nos da la ilusión de estar bien.

- ¿Creés que este equipo no tiene techo?

- Tiene mucho por dar. Lo peor que podemos hacer ahora que ganamos unos partidos seguidos es creérsela. Tenemos que correr como lo hizo Auzqui en el segundo tiempo, como se lo vio a Duván en su momento o a Maxi. Es la única manera.

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