Pelea entre decanos y tensión en la UNLP

EL CONSEJO SUPERIOR DE LA UNIVERSIDAD EMPLAZÓ A MEDICINA A INSCRIBIR A “TODOS” LOS ASPIRANTES A LA PRÁCTICA FINAL

Una dura pelea entre decanos ha sembrado tensión institucional en la Universidad. El conflicto que se generó luego de que las autoridades de la facultad de Medicina fijaran nuevas condiciones para acceder a la práctica final obligatoria, equivalente al último tramo de la carrera de grado, derivó en un fuerte enfrentamiento entre la conducción de esa unidad académica y el resto de la comunidad universitaria que reconoce pocos antecedentes, a excepción de la disputa que se dio en 2005 por el carácter eliminatorio del ingreso.

Después de que el consejo superior de la Universidad platense aprobara el martes una resolución que “ratifica” que, de acuerdo al estatuto vigente, no pueden existir cupos para cursar materias o prácticas en ninguna carrera y emplazara a Medicina a adjudicar en 5 días hábiles las plazas de la práctica final a “todos” los estudiantes inscriptos -91 en total-, el decano de la unidad académica, Jorge Martínez, acusó al máximo órgano de cogobierno de la UNLP de alentar la demagogia y el facilismo en un artículo publicado ayer por este diario.

La respuesta no se hizo esperar. Otros decanos se refirieron con dureza a las políticas que lleva adelante la casa de estudios de 120 y 60, dejando en claro que este conflicto ha dividido a la Universidad entre Medicina y el resto.

UN CONFLICTO QUE LLEVA 3 AÑOS

Antes que nada vale recordar que el origen del litigio por la práctica final se remonta a mediados de 2010, cuando el decanato de Medicina sacó la resolución 561 que estableció que para ingresar a la práctica no se puede deber ninguna materia. Los alumnos que ingresaron a la carrera antes de esa fecha denunciaron que la medida implicaba un ‘cambio de plan de estudios sobre la marcha’ y que no podía aplicarse en forma retroactiva. Y en ese contexto, mantuvieron tomada la facultad durante 20 días, un hecho que para Martínez protagonizaron “insólitamente los estudiantes, unos pocos dirigentes malintencionados y muchos incautos desinformados al amparo de decanos y autoridades universitarias”. En septiembre de 2012, el consejo superior de la UNLP les dio la derecha a los estudiantes aprobando la disposición 300, que dice que las nuevas exigencias no pueden regir para los que entraron a la unidad académica antes de 2010.

A su vez, alumnos que se vieron afectados pidieron ante la Justicia un amparo, que les fue concedido. A la convocatoria de abril último para ingresar a la práctica obligatoria se presentaron 71 alumnos amparados por una medida cautelar y 20 que cumplían con la normativa del decanato: no debían ninguna asignatura. Pero entonces apareció un sorpresivo “cupo”, Medicina sorteó 17 lugares (que la facultad afirma que son plazas disponibles en los hospitales y no un cupo caprichoso), y la polémica se disparó.

“NO NOS SENTIMOS DEFENDIDOS”

Martínez afirmó ayer en una extensa carta que “la facultad, como ha sido a lo largo de los últimos años, no se siente defendida por la Universidad, sino todo lo contrario. Y debe accionar contra esta a fin de hacer valer sus derechos”. Vale señalar que la unidad académica le inició juicio a la UNLP por la disposición 300 del consejo superior.

“Se ha mentido mucho y se ha ocultado información sobre la verdadera naturaleza del conflicto, y por lo que me cuentan, porque no pertenezco a ese mundo, las redes sociales han sido un vehículo eficaz para diseminar intencionalmente las mentiras (...) Claro que no hay que mostrar allí ningún documento probatorio. Alcanza con difamar, calumniar y demonizar la figura de quienes tienen la enorme responsabilidad de hacer que la facultad cuestionada continúe siendo una institución confiable en la formación de los futuros médicos que, en un futuro cercano o no tanto, atenderán la salud de la población que financió sus estudios”, añade el decano.

Recordó que es la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau) la que “exige a la facultad que debe garantizar que los alumnos ingresen a la práctica final con todas las materias aprobadas”, norma que rige para “todas las facultades del país”. Aseguró que todas la implementaron “sin conflictos ni intromisiones, con absoluto respaldo, como debe ser, de sus respectivas universidades. Excepto la facultad de Ciencias Médicas de nuestra Universidad”.

En el rectorado afirman que la UNLP nunca se opuso a esa normativa ni mucho menos. “El problema es su aplicación con retroactividad y, ahora, instrumentando un cupo. Estamos viviendo una situación grave e inédita”, afirmó el prosecretario general de la Universidad, Patricio Lorente.

“COMO SI NO FUERA DE LA UNLP”

El decano de Derecho, Hernán Gómez, quien en la sesión de consejo superior del martes último afirmó que “Medicina siempre adoptó posturas individuales, como si no perteneciera a esta Universidad”, se refirió a la columna de opinión de Martínez diciendo que “falta a la verdad en el relato de los hechos” y además “falta el respeto a sus colegas consejeros superiores, con calificativos más aplicables a su propia conducta que a la nuestra en lo que hace al conflicto por las prácticas finales obligatorias”

“Llanamente -dice Gómez en relación a la intención de la facultad de 120 y 60 de aplicar con retroactividad la exigencia de llegar a la práctica final sin deber materias-, Medicina cambió las reglas del juego en medio del partido, sin justificación que no sea la propia falta de diligencia en el cumplimiento de los compromisos institucionales asumidos con organismos externos a la Universidad, como la Coneau”, en referencia a que el resto de facultades del país cumplieron ese requisito en 2007.

Y agrega que “pese a las advertencias que se le hicieron en su momento (dictamen de comisiones de Interpretación y Reglamento, acompañamiento del plenario del consejo superior, reuniones entre autoridades de Medicina y miembros del consejo, entre otras), en una conducta casi temeraria, las autoridades de esa facultad forzaron el reclamo judicial de los estudiantes, que no piden que les aprueben la práctica final obligatoria o la hagan mas fácil, sino poder cursarla bajo las condiciones pautadas”.

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