Un sueño en formato original

En un acontecimiento muy esperado por el público, a tal punto de ser anunciado como “el sueño hecho realidad”, Rata Blanca volverá a tocar con su formación original, para demostrar que el rock que pergeñaron hace 25 años está más vigente que nunca y libre de cualquier tipo de contaminación. “El rock es libertad”, espeta el líder del grupo Walter Giardino, mentor de un estilo propio y para nada ceñido a los dictados del heavy metal argentino tradicionalista.

“No nos alineamos del lado de la pseudo filosofía del heavy metal por la cual el público escucha música ideológicamente. ¿Cómo se mide qué banda es de verdad y qué banda es de mentira? Es difícil para un músico convivir con esa incoherencia. Nuestra ideología es la libertad”, adujo Walter Giardino, en diálogo con la prensa, pocos días antes del show que devolverá al escenario a la formación original de Rata Blanca, después de 25 años.

Walter Giardino, Sergio Berdichevsky, Gustavo Rowek, Guillermo Sanchez y Saúl Blanch darán vida, así, al sueño de miles de fanáticos de la banda, volviendo a interpretar juntos himnos del rock argentino como lo son “Sólo para amarte”, “Rompe el hechizo”, “El sueño de la gitana” y “Chico callejero”, para recrear el disco de 1988 “Rata Blanca”.

Pero la celebración va por más y la banda presentará también “El libro oculto” con su formación original: Walter Giardino, Sergio Berdichevsky, Gustavo Rowek, Guillermo Sánchez y Adrián Barilari.

La cita es el sábado 18 de mayo en el Estadio Cubierto Malvinas Argentinas, en Gutenberg 350 de la Ciudad de Buenos Aires.

- El show se presenta bajo el eslogan “El sueño hecho realidad”, ¿era su sueño volver a tocar con la formación original de Rata Blanca?

- Más que un sueño es una alegría para mi. Cuando dejamos de tocar juntos todo sucedió de una manera muy profesional, siempre hubo muy buenos recuerdos de esa época. Por eso, después por supuesto de meditarlo mucho, me pareció interesante volver a tocar juntos no sólo por nosotros sino también por el público. Por un lado es raro, porque es como estar al mismo tiempo con tu actual mujer y con tu ex. Pero lo importante es que es un homenaje a Rata Blanca y que esta formación la vio muy poca gente. ¡Porque estamos hablando de hace mucho tiempo!

- ¿Que se hayan separado en la forma “profesional” a la que hace referencia permite que puedan volver a tocar juntos después de tanto tiempo?

- Y también que la vuelta tenga que ver con la emotividad y no con el negocio. Por el negocio no lo necesitamos. La cultura argentina funciona de una manera muy curiosa. En su origen no se reconoció el potencial de Rata Blanca. Quizá porque nunca fuimos mediáticos. Pero yo estoy convencido de que estuvimos y estamos del lado adecuado. Del lado de la autenticidad y el profesionalismo. No nos alineamos del lado de la pseudo filosofía del heavy metal por la cual el público escucha música ideológicamente. ¿Cómo se mide qué banda es de verdad y qué banda es de mentira? Es difícil para un músico convivir con esa incoherencia. Nuestra ideología es la libertad. ¿Si la música no nos sirve para ser libres, para qué hacemos música? El rock es eso, el rock es libertad. El rock es rebelde por naturaleza. Desde su origen Rata Blanca es rebelde por naturaleza, y nadie nos va a decir qué ideología tenemos que tener o cómo tenemos que tocar.

- ¿Cómo fue el reencuentro entre los músicos después de tantos años?

- El cariño entre nosotros no se fue nunca. Porque vivimos cosas muy importantes juntos. Y también vivimos cosas muy difíciles. Con Saúl siempre voy a estar agradecido porque fue el que grabó el primer disco de Rata Blanca, y sin él no sé qué hubiera pasado. Nosotros éramos cuatro rockeros callejeros que queríamos tocar y poco más, y Saúl era el hombre maduro en la banda. Es algo que nunca me voy a olvidar: su actitud de madurez frente al resto que todavía no sabíamos muy bien dónde estábamos parados.