Se triplicó el costo laboral

El fuerte incremento del costo laboral -que se triplicó en la última década- está complicando la generación de empleos, una de las características de la primera parte de este decenio, destaca un trabajo del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa).

Según el informe, el aumento del índice de desempleo registrado en la última medición del Indec, se explica por la modesta generación de empleos frente a una creciente demanda por nuevos puestos de trabajo, asociada al deterioro que provoca la inflación en los ingresos familiares.

El trabajo asegura que hasta el año 2008 hubo alta generación de empleo que se sustentó en la licuación de costos laborales producida por la devaluación del 2002.

Pero la capacidad de generación de nuevos empleos privados se fue debilitando por la multiplicación de trabas y sobrecostos productos de malas decisiones que el trabajo atribuye a decisiones tomadas por los tres poderes del Estado.

DIFERENCIAS

La información oficial muestra que con similares tasas de crecimiento de la economía, la generación de empleos es muy diferente, asegura el estudio. Así, mientras que entre los años 2004 y 2008 el empleo crecía a tasas superiores a las del PBI, entre los años 2010 y 2011 el empleo creció apenas un tercio de lo que se expandió la economía.

La principal explicación para la reducción en la capacidad creadora de empleos es la elevación de los costos laborales, sostiene el informe.

Medido en precios del año 2012, o sea corregido por inflación, el costo laboral promedio en el empleo formal (salario formal más contribuciones patronales), equivalían en el año 2003, en el inicio del proceso de recuperación, a $3.350; a finales del 2008 ya había llegado a $5.400 (o sea, un nivel cercano al de la convertibilidad) y, en el año 2012, alcanza a $9.200. Es decir, el costo laboral promedio en el sector privado formal corregido por inflación se triplicó en la última década (ver gráfico). Hay que advertir que la clave del ciclo expansivo del empleo fue la enorme licuación de costos laborales heredada de la devaluación del año 2002.

Pero el trabajo afirma que esa bonanza no fue aprovechada para generar condiciones para el crecimiento de los salarios sustentados en mejoras de la productividad.

Por el contrario, el informe señala que se multiplicaron las regulaciones y los criterios de poca racionalidad en la aplicación de las leyes que elevaron los costos y la incertidumbre de contratar un asalariado en la formalidad.

El resultado es un fuerte debilitamiento en la capacidad de creación de empleos que, combinado con el debilitamiento de la economía más un aumento en la cantidad de gente que sale a buscar trabajo, se traduce en desempleo creciente, concluye el informe.