Secuelas y platos rotos de la pulseada electoral

Por MARIANO PEREZ DE EULATE

El lado B de la virtual fractura que está viviendo el peronismo bonaerense, con Sergio Massa y Martín Insaurralde como propuestas electorales visibles de cada bando, no se juega en los spots de televisión, ni en los carteles de la vía pública, ni siquiera en los actos tradicionales de campaña. Se vive en los distritos de la Provincia, en especial del Conurbano, donde se viene dando un virtual festival de recortes presupuestarios, renuncias y reconfiguraciones de los Concejos Deliberantes en base a discursos que hablan de lealtades y traiciones.

“Nadie dijo que esto iba a ser fácil”, dice una fuente del massismo que en esta oportunidad no es candidato. “Se preveía la embestida del kirchnerismo contra los nuestros; los conocemos”, explica otra que sí se postula para un cargo legislativo.

Es que si hay algo que ha demostrado el kirchnerismo desde que está en la Casa Rosada es una formidable capacidad para administrar su poder desde diversos resortes estatales y, llegado el caso, hacer sentir el peso real de su condición de fuerza eminentemente preponderante de la última década. Lo vive el massismo en varios distritos del Conurbano, cuyos intendentes dieron el salto desde el kirchnerismo para seguir la aventura del tigrense.

RECORTES

Desde que Massa formalizó su postulación a diputado nacional del Frente Renovador, fuentes de los municipios gobernados por sus aliados aseguran –en algunos casos a viva voz- que se produjo un evidente recorte de los fondos que solían llegar desde la Nación, la mayoría en partidas destinadas a obras públicas y repartidas por el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido.

Fondos, por cierto, que no se habían cortado incluso en la etapa previa al lanzamiento del espacio massista, digamos el de incubación del proyecto de escisión, cuando el de Tigre lideraba un grupete de jefes comunales levemente “críticos” de las maneras del Gobierno nacional pero que, aún marcando esas diferencias, seguían con los pies adentro del plato. Ahora la sequedad sería total.

ANTECEDENTES

No es novedad el método, ya que esas mismas estrecheces que ahora sufren intendentes del peronismo han sido denunciadas anteriormente por los jefes comunales bonaerenses opositores, especialmente los radicales.

Al respecto, voceros informales de los intendentes massistas aseguran que aquel bloqueo de financiamiento por parte del gobierno nacional es una suerte de “riesgo previsto” y que, por lo tanto, han sido lo suficientemente previsores como para que sus administraciones sobrevivan sin esa ayuda. Sólo el tiempo dirá, en cada caso puntual, hasta donde es verdad esa explicación oficiosa.

Lo que no se preveía, admiten también en el comando de campaña del Frente Renovador, es que Daniel Scioli fuera a tener semejante protagonismo en la campaña kirchnerista, pegándose como una estampilla a Insaurralde para ayudarlo en la faena de mejorar su posicionamiento. Al punto que en muchos casos, como pasó el lunes en La Plata, el centro del acto político pasa a ser el Gobernador y no el principal candidato.

Massa, explican las fuentes, estaba seguro de que Scioli participaría tangencialmente en el proceso, acaso pensando que el hecho de haber quedado afuera de todo en el cierre de las listas iba a ser un factor suficiente para mellar su fidelidad a la Presidenta. El tigrense sabe ahora que si la cosa sigue así tendrá enfrente, hasta octubre, a una figura con altísimo nivel de conocimiento –tal vez mayor al de él mismo- y una imagen positiva bastante alta, a la que parece no afectar los resbalones del gobierno nacional en materia de gestión o los incómodos casos de corrupción que rozan a la Casa Rosada. Como el del profugado ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime.

RENUNCIAS

El otro plano de la pelea política en los distritos pasa por las renuncias, algunas teatralmente comunicadas, de funcionarios y ediles que integraban las gestiones de los intendentes del massismo pero que, finalmente, prefirieron mantener su alineamiento con el kirchnerismo.

Desde Darío Giustozzi en Almirante Brown –uno de los caciques en serio del FR- hasta Gabriel Katopodis en San Martín, la mayoría sufrió el alejamiento de dirigentes que integraban sus gabinetes. Hasta al propio Massa le renunció alguna funcionaria vinculada a movimientos sociales K.

En los concejos deliberantes, varios bloques de los oficialismos locales se dividieron y se formaron bancadas exclusivamente kirchneristas, que en esta elección jugarán en contra del gobierno que integraban hasta ayer.

CASO TESTIGO

El caso de Katopodis probablemente sea el más virulento porque ahora tendrá que reemplazar a una veintena de funcionarios con diversas líneas de jerarquía y porque el kirchnerismo avanzó sobre la presidencia del Concejo Deliberante local. Lo que es igual a decir que la represalia tiene olor a un eventual intento de destitución. No cuidó las formas el Gobierno: mandó como coordinador de la avanzada, “in situ”, al secretario de Obras Públicas de la Nación, José López. Es quien, en definitiva, firma los cheques de las obras que llegan a cada ciudad.

En Hurlingham, donde gobierna el ahora massista Luis Acuña, el reciente copamiento del edificio municipal por parte de gente que reclamaba tierras disparó acusaciones cruzadas: el intendente dice que fue promovido por el kirchnerismo y los dirigentes de este sector aseguran que fue una maniobra del propio Acuña para victimizarse. Delicias del peronismo cada vez que orilla una ruptura.

A esta altura, el dato probablemente tenga mucho de exageración pero circula la versión de que en el Gobierno nacional han realizado un trabajo casi artesanal de punteo de funcionarios y concejales de los distritos massistas. Primero, cuando llegaron a Balcarce 50 las listas de candidatos del FR, para invitarlos a que finalmente no se postulen detrás de Massa. Y después, una vez formalizado el inicio de la carrera electoral, para sugerirle que dejen al intendente rebelde como muestra de fidelidad a Cristina Kirchner. En la tarea, dicen esas fuentes indiscretas, estuvieron De Vido, López, el influyente Carlos Zannini, jefes de La Cámpora y de Unidos y Organizados.

En todo caso, estas idas y venidas tienen mucho de cosa coyuntural. Será el resultado de las elecciones, cuando se vean ganadores y perdedores, lo que definirá lealtades a futuro, contramarchas y alineamientos definitivos. Nada que no haya sucedido en la historia reciente del justicialismo.