En los próximos 24 meses nada será fácil

Por OSVALDO GRANADOS

La única verdad es la realidad. En la Unión Industrial, me señalaron que en la industria hay una perdida de rentabilidad generalizada.

Lo único que se vende bien, son los alimentos y los autos.

En un contexto, donde no es posible ahorrar, los consumidores se inclinan por la compra de esos vehículos.

Si se eliminara la producción de autos, la caída del sector seria importante.

DIFICULTADES

Todos saben que no van a ser fáciles los 24 meses que faltan para las elecciones del 2015.

Desde el Gobierno insisten que este modelo no se toca y no se harán correcciones.

Mientras la inflación se acelera, a pesar de la mayor velocidad en las devaluaciones diarias, el atraso cambiario se mantiene, el dólar blue se estaciono por encima de los 9 pesos y todo indica que está en ebullición esperando su momento, las cuentas no cierran y se apela al Banco Central y la Anses; las inversiones no van a llegar.

Al mismo tiempo la pulseada política hace el resto.

¿Dejarán que el hierro caliente lo agarre el que sigue?

Pasó en 1989 y en 2001.

La Presidenta fue muy clara: “Si pretenden que devalúe están equivocados, que lo haga el gobierno que viene”.

Se refiere a que no habrá una devaluación brusca y seguirán con las “mini”

COSTO

¿Qué es mejor, una devaluación brusca o continuar como hasta ahora?

Las “mini” tienen un costo. Es la gota que cae sobre la piedra. Es un motor adicional de inflación y con ese método ¿Quién va a vender dólares de exportación si sabe que al otro día estará un poco mas arriba?

En el Banco Central no creen que la fabrica de hacer billetes sea un factor clave para la suba de precios.

De aquí a fin de año, un director calculó que se necesitarán 70.000 millones de pesos para cubrir las necesidades del Tesoro. Igual, hay pronósticos para todos los gustos. Lo que faltan son optimistas. Nadie mira más allá de octubre.

Acá sobresalen dos atrasos: el cambiario del 20 al 30 por ciento y el tarifario.

¿Quién los va a resolver?. Cualquier cosa que se haga para corregirlos tiene un costo político. Tendrá impacto directo en la tasa de inflación y el nivel de actividad.

Un economista muy cercano a Sergio Massa me dice: “empezar a resolver la estructura de precios relativos implica bajar el salario en dólares y ajustar la tarifa de los servicios condiciona el crecimiento”.

Síntesis: quién le pone el cascabel al gato. La sintonía fina es limitar la caída del salario en términos de poder adquisitivo. Esto me dicen es preferible a los ajustes bruscos que caracterizaron a la economía argentina.

La tecla donde todos tiene la misma sintonía es la siguiente: “algo hay que hacer”, cada vez hay menos margen de maniobra”.

¿Cuál será la voluntad y la respuesta del gobierno después de octubre? No se sabe.

Otra opción seria, “seguir tirando”, y dejarle la tarea sucia al que venga.

Habrá que seguir de cerca para poder leer el mapa, qué pasa con el precio de la soja y la energía. También qué sucede con los fondos buitre en Nueva York.

Eso si, nadie sabe qué pasará con Guillermo Moreno. Al Gobierno se lo ve más pragmático en alguna cosas, pero le temen a la economía. Explican todo el tiempo lo bien que nos fue en los últimos 10 años, “no ganaron todos mucha plata” pregunta Cristina.

Se habla siempre del pasado pero nunca del futuro. Lo que viene es un signo de interrogación. Un economista del Gobierno me señalo: “Espero que no tiren por la borda todo lo que se hizo hasta ahora. Otra vez un giro de 180º es inaceptable”. Estaba serio y poco reflexivo , tenía cierto temor.

Un empresario petrolero habló con Massa ¿Cuánto querés para la campaña? “ Te agradezco pero me sobra plata, no sabés, todo el mundo empresario vino a colaborar”.

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