Investigan si hay más implicados en las muertes de Graffigna y Pesquera

ALFREDO PESQUERA FUE HALLADO MUERTO, CON UN TIRO EN LA CABEZA, DENTRO DE SU CAMIONETA

A casi siete meses del crimen del financista Miguel Angel Graffigna (35), y cuando parecía que era caso cerrado con la muerte del presunto responsable, Alfredo Pesquera (49), aparecieron algunos elementos que harían suponer lo contrario.

Ahora nadie se atreve a asegurar que no haya otros implicados en estas muertes y por eso se analizan los teléfonos de ambos protagonistas y la filmación de una cámara de seguridad.

Como se ha venido informando, Graffigna fue asesinado de un tiro en la cara el 7 de junio pasado, dentro de su lujoso coche Peugeot RCZ, que quedó estacionado en la calle Fraga, en Villa Ortúzar.

Así comenzó esta investigación que el 21 de diciembre tuvo un giro inesperado, una vez que trascendió que la justicia había ordenado el arresto de Pesquera por aquel homicidio y enseguida su captura, ya que no podían encontrarlo.

Lo hallaron un día después, dentro de su camioneta BMW X6 estacionada en la puerta de la casa de su mujer, en Ramallo al 3300, de Saavedra. Tenía un tiro en la cabeza y en su mano derecha la misma pistola Tanfoglio calibre .40 que se usó para asesinar a Graffigna.

Los investigadores están convencidos de que se trató de un suicidio, pero admiten por lo bajo que hay muchos puntos oscuros en esta historia, como por ejemplo el origen del dinero que supuestamente debía Pesquera.

El nombre de este hombre se hizo célebre en el año 2000, con la sospecha de que pudo haber provocado el accidente en el que murieron Rodrigo Bueno y el hijo de Alberto Olmedo. La justicia lo absolvió. Después estuvo involucrado en algunas causas por estafas que investigó la justicia platense (él era oriundo de Berisso) y con los años nada más se supo de él. Hasta ahora.

La hipótesis principal es que Graffigna le reclamaba a Pesquera el pago de una suma que le habría prestado su socio, el luchador Jorge “Acero” Cali. Que por eso discutieron y Pesquera terminó matando a Graffigna con el arma que -al parecer- éste había llevado para intimidarlo. Pero ahora trascendió que la cámara de seguridad de una fábrica de zapatos ubicada a metros de donde ocurrió esa escena captó una extraña secuencia cuatro horas después del asesinato.

Pasadas las tres de la madrugada se ven los pies de una persona saliendo del Peugeot y, poco después, la llegada de una camioneta blanca y grande que se detiene cerca del coche. En ella hay dos hombres. Aunque la imagen es mala, por la fisonomía de uno la fiscal Paula Asaro cree que es Pesquera. La identidad de su acompañante es un misterio. La camioneta habría estado detenida a metros del Peugeot unos 20 minutos. Se sospecha que se llevaron los teléfonos de Graffigna que nunca aparecieron. Su madre dice que tenía cuatro. El rastreo de uno de ellos permitió llegar hasta Pesquera, pero faltan muchas comunicaciones que la fiscal pretende reconstruir ahora con los celulares de Pesquera.