Encañonaron a una escribana jubilada, su hijo y la mucama

EL CHALET DE 21 Y 57 DONDE IRRUMPIERON LOS DELINCUENTES. NO ESTÁ CLARO CÓMO LO HICIERON

Un grupo de por lo menos cuatro delincuentes armados consiguió reducir a una escribana jubilada de 86 años, su hijo de 60 y su empleada doméstica de 40. Durante un lapso que pareció eterno, los ladrones arrasaron con la casa y se escaparon con la camioneta 4x4 de las víctimas.

Ayer a la madrugada la banda de asaltantes llegó hasta la esquina de 21 y 57. No se sabe en qué vehículo lo hicieron, aunque los investigadores sospechan que un cómplice los acercó hasta allí y que una vez concluido el golpe se repartieron en los dos vehículos: el propio y el robado.

No se informó de qué manera consiguieron entrar a la casa cuya fachada luce varias rejas en el acceso y las ventanas. Los delincuentes les apuntaron con armas a las tres personas para obligarlas a que se quedaran inmóviles, mientras ellos no dejaban ni un sector de la vivienda sin revisar.

Varios electrodomésticos, plata -no se supo qué cantidad-, joyas, celulares y documentos fue todo lo que llevaron robado de allí. Una vez que se convencieron de que no tenían más que llevarse, se escaparon con todo ese botín cargado en la Toyota Prado estacionada en la vivienda.

A Josefa Hernández, tal como se identificó a la escribana jubilada que vive en el lugar, no le habrían pegado. La misma suerte corrieron las otras dos víctimas, según informó una fuente policial.

Ayer por la tarde, ante la consulta de EL DIA los allegados a los damnificados prefirieron no contar nada de lo que pasó.

Después de que el robo terminó, lo que siguió fue el operativo de rutina para estos casos. Un patrullero fue a ver cómo estaban las víctimas, y más tarde otro móvil -esta vez de la Policía Científica- llegó para que se hicieran los peritajes. Los indicios que se hayan recolectado en esa revisión ya están siendo sometidos a distintos estudios y cotejos.

“un barrio peligroso”

“Hace 40 años que vivo acá y en los últimos meses el barrio está peligroso”. La que habla es una vecina de calle 57, que vive muy cerca de donde atacaron a la escribana, y que enumeró una serie de asaltos ocurridos a 50 metros a la redonda en lo que va del año.

Uno de los más resonantes fue el que tuvo como blanco a un estudio jurídico de la misma esquina, en donde un grupo de ladrones además de robarse computadoras y dinero, hicieron pintadas burlonas mientras destruían biblioratos y arrancaban calefactores.

Hace algunas semanas, el escenario de otro robo fue un chalet de calle 21. Y otro antecedente más sucedió en unos departamentos que dan a 57.

Es que, según especuló la vecina que dialogó con este diario, los delincuentes sabrían que el barrio se caracteriza porque entre sus vecinos la mayoría son jubilados. “Somos muchos los que vivimos solos y tenemos miedo”, remarcó la mujer.