Benicio Del Toro, el narcotraficante

El multifacético actor portorriqueño Benicio del Toro hizo de todo a lo largo de su prolífica carrera. Incluso, fue elegido para encarnar al Che Guevara y también a Basquiat, el atormentado y creativo pintor que murió en los 90. Y ahora, Del Toro encara un nuevo desafío: ponerse en la piel del narcotraficante más famoso del mundo, Pablo Escobar, un Robin Hood para unos pocos y un despiadado criminal para la mayoría.

Así es el Pablo Escobar que encarna Benicio del Toro en “Escobar: Paradise Lost”, una cinta que marca el debut como director del italiano Andrea Di Stefano y que cabalga entre el “thriller” de acción y el melodrama romántico.

Se trata de un nuevo filme sobre la recuperada y ambigua figura del narco, que en los últimos años ha protagonizado series de tevé y documentales: “Ayudó a los pobres pero también destruyó a muchas familias, y las dos cosas se ven en la película”, señaló el actor portorriqueño en una reciente entrevista: en efecto, Escobar utilizó muchas veces su dinero manchado de sangre para construir en las zonas más pobres de Colombia y ganarse el favor del pueblo.

Di Stefano no ahorra en elogios al hablar del trabajo con el ganador de un Oscar por “Traffic”.

“A veces miraba a la pantalla y era como ver a Pavarotti cantar o a Pavlova bailando. Hay una especie de levedad, de gracia en lo que hace, que es única. No me importa cómo lo hace, ni cual es su método, pero el resultado es increíble”.

El siempre potente despliegue interpretativo de Del Toro, que en septiembre pasado recogió en el Festival de San Sebastián el Premio Donosti, es el principal atractivo de esta opera prima del italiano Andrea di Stefano que se estrena esta semana en España.

Pero en realidad Escobar no es el verdadero protagonista de la historia. Lejos de un ‘biopic’ como los que están tan a la moda en la actualidad, en una industria con crisis de ideas, el filme es “una radiografía de su maldad y su locura -en palabras de Di Stefano- desde el punto de vista de alguien a quien todo ese mal se le viene encima”. Ese alguien es el actor Josh Hutcherson.

El actor de “Los Juegos del Hambre” interpreta a un joven surfista que cree haber hallado el paraíso en las playas colombianas y en el amor de María (la española Claudia Traisac), pero para su mala fortuna, la joven que resulta ser la sobrina del narcotraficante más perseguido del mundo.

“Trabajar con Benicio como antagonista ha sido increíble. Aunque su personaje era tan intenso y él se entregaba tanto a él que resultaba un poco intimidatorio”, admite Hutcherson.

La historia de amor de Nick y María es el otro eje de la película de Di Stefano, un romance que se trasladó a la vida real y a sus protagonistas.

Primera experiencia internacional para Traisac, la española contó que “el proceso fue muy duro, tuve que pasar seis o siete cástings, pero lo logré. En el rodaje, en la primera escena que tuve me puse mal el día anterior y no pude dormir, pero Josh y Andrea me ayudaron a centrarme en el personaje de María y en sus sentimientos”, cuenta.

MOMENTO FATAL

El guión de la película tiene lugar en el período en que Escobar se dedicaba a la beneficencia, cuando se construyó una pantalla de respetable hombre de negocios que le sirvió hasta el punto de llegar a poner un pie en la Cámara de Representantes. Y se despliega justo en el momento en que esa pantalla comienza a derrumbarse, cuando Escobar le declara la guerra al Estado y se gana el dudoso título de fundador del narcoterrorismo, dejando un reguero de cadáveres de ministros, abogados, periodistas, candidatos presidenciales y policías.

“Imagino que la película puede suscitar controversias porque Pablo Escobar era controvertido, pero me siento cómodo con el retrato que he hecho”, defiende Di Stefano, que busca tanto la repulsa como la empatía del espectador. “La Historia ya ha juzgado a Escobar”, insiste.