El boom de los tratamientos estéticos, ¿libre de riesgos?

“EL PLASMA RICO EN PLAQUETAS TIENE QUE SER MANEJADO EN UN BANCO DE SANGRE. EL TRATAMIENTO SE ESTÁ APLICANDO EN LUGARES QUE NO ESTÁN HABILITADOS NI LO REALIZA PERSONAL IDÓNEO”

El ideal de belleza parece cada vez más cerca, o al menos la ilusión de alcanzarlo cobra fuerza. Y sí, la estética mueve millones y continuamente aparecen nuevos tratamientos que prometen resultados rápidos y, en apariencia, sin dolor ni riesgos.

Se ofrecen procedimientos no invasivos, mínimamente invasivos o “sólo” con láser que suenan “seguros”, y se va diluyendo la consciencia de que se trata de una situación médica y, como tal, abierta a posibles complicaciones. Entonces, lograr el cuerpo deseado parece más fácil que en otros tiempos: sería una cuestión de dinero.

Con los desarrollos en la medicina estética, el cuerpo se presenta como una plastilina fácilmente moldeable. En una sociedad donde la juventud es un valor y se aspira a un modelo de físico, los “retoques” se vuelven tentadores para muchos: quien no se hizo nada probablemente conozca a alguien que sí.

Rellenar, esculpir y transferir grasa a donde falta

Frente a la numerosa clientela, se multiplicaron los centros de estética. Rellenar, esculpir y transferir grasa de un lugar a otro son algunas de las opciones que se ofrecen para alcanzar el ideal visual. Pero, ¿realmente son inofensivos estos tratamientos y se los puede encarar con tanta liviandad?

A Andrea (el nombre no es verdadero pero el caso sí) le molestaba el tamaño de sus piernas. Aunque no le sobraba un gramo y se ejercitaba con clases exigidas de pilates, le parecía que sus muslos se mantenían grandes, por predisposición genética, y a pesar de la cantidad de gimnasia que hiciera.

Su jefa le contó de un tratamiento “mínimamente invasivo” que le había mejorado la cola. Andrea se decidió y empezó a buscar algún método nuevo, “de esos indoloros y sin riesgo”, que le solucionara su “problema”. Al final un cirujano le recomendó lipoescultura láser, que no era lo que buscaba pero le parecía más simple que una cirugía “tradicional” y le sonaba “distinto” a una clásica operación: 15.000 pesos, saldría caminando, un día de reposo y volver a su rutina con las piernas que siempre soñó.

Se despertó de la operación con un hematoma alrededor del ojo (del tamaño del puño de una mano) que su cirujano no le pudo explicar (“Un golpe con la almohada de la camilla cuando te dimos vuelta, tal vez”), pero a cambio le regaló un relleno para las marcas de expresión.

Nadie le mencionó que durante el post operatorio habría sangre y se asustó al ver los manchones que aparecían en las vendas que cubrían sus piernas.

Los dolores la hacían llorar: le costaba dormir, caminar, sentarse, y los padeció durante dos interminables semanas. Las piernas le quedaron más flacas, pero flácidas, y su cirujano le recomendó “mucha gimnasia”. De ese detalle también se enteró después de la operación. Por suerte, cuando le sacaron las vendas, ya había pasado el dolor.

El equipamiento técnico moderno, el marketing que otorga nombres agradables a las opciones para modelar el cuerpo y la decoración de los consultorios, que generalmente dista de lo que se supone una situación médica, quizá ayuda a restarle importancia a una intervención estética.

“No hay pequeñas cirugías y que sea con láser no la hace menos riesgosa. Uno tiene que tener todo como para una gran cirugía, debe realizarse en quirófanos y lugares adecuados para ese fin. Y siempre por cirujanos plásticos acreditados que pertenezcan a una sociedad reconocida. Las intervenciones en todos los casos conllevan riesgos y complicaciones”, sostiene el doctor Marcelo Bou, jefe de División Cirugía Plástica del Instituto de Investigaciones Médicas Alfredo Lanari (UBA).

Bou sostiene que los “tratamientos más pequeños” con anestesia local disminuyen los riesgos quirúrgicos, pero no desaparecen y no deja de ser una cirugía. “A veces no se le explica al paciente la realidad del procedimiento. Los pacientes tienen que preguntar todo: quién es el que opera, dónde, qué es exactamente lo que le van a hacer, qué le van a poner y cómo es el postoperatorio. Deben buscar respuestas convincentes y comprobables”, dice el médico.

El presidente del Colegio de Médicos de La Plata, Jorge Mazzone, señala que a los procedimientos estéticos deben preceder estudios médicos realizados en instituciones habilitadas, y remarca que únicamente se debe aplicar anestesia total en una clínica habilitada por el Ministerio de Salud. “El anestesista requiere de equipamiento y debe trabajar en el marco de un quirófano para poder asistir al paciente en caso de complicación. Tener habilitado un consultorio no implica que se pueda operar en él”, afirma.

Arrugas, marcas de expresión y un rostro más joven

La bioestimulación es uno de los últimos tratamientos en boga para rejuvenecer la piel del rostro. Al paciente se le aplican inyecciones con Plasma Rico en Plaquetas que se obtiene a partir de su propia sangre (mediante un proceso que incluye la extracción y el centrifugado de la sangre). La propuesta se presenta con “múltiples” beneficios y “sin riesgos”.

Sin embargo, el doctor Oscar Torres, presidente de la Asociación Argentina de Hemoterapia e Inmunohematología, alerta: “Esto es un hemo componente que tiene que ser manejado en un banco de sangre. El tratamiento se está aplicando en lugares que no están habilitados ni lo realiza personal idóneo. Los únicos habilitados son los médicos especialistas en hemoterapia. El riesgo es la infección, una persona se puede morir por recibir derivados de la sangre”. A su vez, Torres sostiene que aunque “la gente sale contenta, no hay estudios científicos que demuestren su eficacia”.

También el botox y los rellenos son elegidos para rejuvenecer. Aunque los tratamientos se suelen ofrecer en algunos centros de belleza y se presentan como inofensivos, tienen contraindicaciones: no se debe aplicar en caso de enfermedades que afecten a la fuerza muscular, en caso de embarazo o lactancia, o frente a enfermedades autoinmunes. Tampoco en pacientes sometidos a quimio o radio terapia o que realizan tratamientos anticoagulantes.

La dermatóloga Fernanda Lasa sostiene: “Es fundamental contar con una exhaustiva historia clínica del paciente. Estos tratamientos siempre se deben realizar en consultorios médicos por cirujanos plásticos o dermatólogos. Nunca en institutos de belleza. Además cuando se manipula inyectables se debe tener un área aséptica, material descartable y un lugar correcto para tirarlo”.

En cuanto al botox y al relleno, la dermatóloga advierte que existen varios productos y recomienda utilizar aquellos que cuenten con investigación y un laboratorio confiable detrás.