Se despide de La Plata un matrimonio de chimpancés

Después de un largo camino recorrido, Tomy y Judy, la pareja más antigua de chimpancés del Zoo de la Ciudad, serán trasladados a una reserva natural en Brasil, donde podrán disfrutar de un ambiente nuevo, con la idea de preservarlos, tras duras peleas con los otros chimpances del predio.

La historia de Tomy (37 años) y Judy (32 años) se ha ido forjando con mucho esfuerzo, paciencia y tenacidad, incluso con su cuota de momentos tristes y difíciles. Pero todo parecería predecir un desenlace positivo para esta pareja que tendrá la oportunidad de ser trasladada a un Santuario de Chimpancés en Sorocaba, Brasil.

Las peripecias de Tomy comenzaron hace 34 años, cuando era un joven chimpance de 3 años y medio de edad y llegó un 8 de enero de 1980 al Zoológico local.

Formaba parte del elenco de un circo brasilero, y con un supuesto historial de rebeldía escénica, Tomy quedó a cargo de Martín Davids, un miembro del personal del servicio de guías en ese entonces, que accedió a hacerse cargo de él y continuar impartiéndole un entrenamiento similar al brindado en el circo.

Aunque en el Zoo ya había un chimpancé macho llamado Jesús, el temor de que pudiese atacar a la nueva cría, indujo a las autoridades del establecimiento a optar por entregar la custodia del pequeño Tomy a Davids, quién aceptó y se abocó a brindarle la contención afectiva que un pequeño chimpancé necesitaba.

INTENTOS DE INTEGRACION

Pese a que estuvo rodeado de mucho afecto, juegos y distracciones, el pequeño chimpancé creció en una completa soledad, separado de los miembros de su especie. Repetidos intentos de integración con Jesús probaron ser infructuosos, y Tomy debió esperar 21 años para finalmente obtener algo de compañía.

En el año 2000, Tomy se convirtió en el único chimpancé del Zoo, después de que el anciano Jesús falleció debido a una insuficiencia cardíaca.

Tan solo un año más tarde, la paciencia de Tomy se vio recompensada cuando las autoridades del Zoológico adquirieron a Judy, una chimpancé que entonces tenía 18 años. Según cuentan en el predio del Paseo del Bosque, Judy, criada en Formosa, habría sido ingresada al país mediante el tráfico ilegal desde su lugar natal, Sierra Leona (en Africa occidental), y cuando sus cuidadores en Formosa no pudieron hacerse más cargo de ella, fue entregada al Zoo local.

El 2 de febrero del 2001 arribó la hembra de chimpancé a La Plata, y tras un corto periodo de cuarentena, comenzó el proceso de integración con Tomy, el cual, después un pequeño incidente que demoró las cosas, fue finalmente exitoso.

Sin embargo, siendo ambos especímenes criados sin contacto social con miembros de su especie, Tommy y Judy carecían de las costumbres básicas de comportamiento que todo animal aprende de sus pares cuando está inmerso en el mundo animal, incluido las costumbres de apareamiento.

En un intento de solucionar la situación, en mayo del 2002 a la comunidad de chimpancés se sumaron dos especímenes procedentes del Zoo de Basilea, Suiza: Punia y Pweke, una hembra y un macho de entre seis y siete años, Tomy y Judy formaron una pequeña comunidad en la que durante tres años reinó la paz, hasta que se generaron serias tensiones intergrupales.

Un macho socialmente educado en las costumbres de su raza, Pweke se impuso como el alfa dentro del grupo y lideró un ataque contra Tomy, que debió ser separado del grupo en 2005, por su propia seguridad. Los problemas no se detuvieron. Victorioso, el nuevo líder del grupo intentó copular con Judy. Todo terminó mal para la hembra, que quedó lastimada.

A raíz de esto, el pequeño grupo quedó definitivamente dividido. Por un lado, Pweke y Punia, con su cría Zuri, y por el otro lado, Tomy y Judy, que desde entonces llevan una relación puramente platónica, viviendo acorde a las costumbres aprendidas en una vida de cautiverio.

CAMBIARAN SUS VIDAS

Hoy, esta pareja de treintañeros, está a punto de emprender un viaje que cambiará sus vidas radicalmente. Después de realizar un exhaustivo trabajo de investigación y selección entre los posibles destinos, las autoridades del zoológico optaron por el Santuario de Chimpancés ubicado en la localidad de Sorocaba, Brasil. Allí, más de 50 especímenes de chimpancé viven en un espacio natural más acorde a sus necesidades.

La reserva es una institución afiliada al Proyecto Gran Simio, una fundación internacional dedicada a la preservación y conservación de estos animales. Es el mismo santuario de Sorocaba el que costeará los gastos de traslado, que se realizará a mediaos de enero.

En cautiverio, los chimpancés pueden llegar a vivir hasta 50 años. Muy similares a los humanos, en el caso de los chimpancés, el apareamiento tiene también fines sociales y no solo reproductivos.