Salen a combatir una plaga que le hace daño a los árboles

Cada vez más virulenta, la invasión de claveles del aire coloniza árboles, tramos enteros del cableado aéreo de servicios, antenas y cornisas en todos los barrios de la Ciudad. Pero su impacto mayor lo provoca en el patrimonio forestal, perjudicando la salud de ejemplares de diferentes especies y favoreciendo su decrepitud. Ahora, la Comuna se propone combatirla mediante un operativo de limpieza y recolección que se lleva a cabo en diferentes ejes del casco histórico.

Con la edad, las ramas de los árboles urbanos se tornan más porosas, cubriéndose de hollín, oleosidad y líquenes, y generando superficies de adherencia casi perfectas -principalmente en la parte superior de las que son paralelas al suelo- para las semillas de los claveles.

En los ejemplares más viejos, y aquellos sometidos a stress por cortes de raíces, sequías, malas podas, otras plagas o contaminación-, ese anclaje inicia o acelera un círculo vicioso que termina en la muerte.

Desde la dirección de Espacios Verdes local se anunció ayer que en las próximas semanas se intensificarán los operativos lanzados a comienzos de la primavera para erradicar los claveles del aire.

Las cuadrillas, según se precisó, realizarán su trabajo “de manera manual, para evitar el uso de productos químicos que podrían afectar la salud de los vecinos y peatones”, en los ejes de 15 entre 72 a 60 y diagonal 73 entre 7 y19.

También se combatirán la presencia de la cochinilla. En Espacios Verdes advirtieron que “son dos plagas que atacan a la mayoría de las especies del arbolado público, entre las que se pueden mencionar cipreses, pinos, naranjos, fresnos, arces, olmos, araucarias, ligustros, jacarandás y lapachos. Son perjudiciales porque compiten por la luz y el oxigeno con su hospedante, dificultan la fotosíntesis, sus raíces estrangulan los vasos mas débiles de conducción de savia e impiden la formación de nuevos brotes en donde se instalan”.

Pertenecientes a la familia de las bromeliáceas, los claveles del aire no son parasitarios sino epífitos, porque no viven a expensas del huésped -por ejemplo, alimentándose con sus fluidos-, sino usándolo como sostén y protección. En la Ciudad, sus variedades predominantes son “Tillandsia aerantos” y la“Tillandsia recurvada”.

Algunas de las maneras de evitar o retrasar su dispersión son retirar a mano los manojos o individuos adheridos a las ramas, y luego cepillar las más gruesas; removerlos antes de la floración, para evitar esparcir semillas; y aplicar en las partes afectadas agua a alta presión o sulfato de cobre diluido.

Para algunos expertos, aún queda por develar el verdadero grado de impacto que genera su presencia en los árboles que los hospedan. “Las opiniones están divididas”, admite Corina Graciano, del Instituto de Fisiología Vegetal, que depende de la Universidad Nacional de La Plata y el CONICET: “quienes sostienen que el clavel del aire resulta perjudicial aseguran, por ejemplo, que genera un compuesto volátil que enferma a la planta hospedante y la termina matando. Pero la verdad es que ese compuesto nunca se ha podido aislar”.

La investigadora agrega que “en cuanto al otro riesgo que se menciona, el del daño por acción mecánica, se requiere que la carga de claveles sea muy grande y las ramas estén ya deterioradas para que se lleguen a romper”.

Graciano señala que los claveles son nativos de la Selva Marginal, y si han avanzado sobre las zonas urbanas es debido solamente a que encontraron en ellas condiciones propicias como para hacerlo.

PLAN DE FORESTACION

El muni cipio informó que se encuentra desarrollando un plan de forestación, con el propósito de “mantener y preservar ejemplares emblemáticos y plantar nuevas especies, sea por reposición o por pedido vecinal”.

“Este año se llevan plantados en diferentes barrios más de 1.800 árboles, otros 280 en cazuelas vacías y 3.000 arbustos” precisaron en Espacios Verdes: “el plan contempla además el regado y cuidado de los ejemplares, la colocación de barreras contra hormigas, el tutorado y el armado de cazuelas”.

Las tareas comenzaron en mayo, en el sector de 8 y 32, donde se plantaron fresnos; luego, los trabajos continuaron en tramos de las avenida 13, 32, 131, 1 y 72, y en la avenida Antártida, donde se colocaron ejemplares provistos por el Vivero Darwin del parque Pereyra, dependiente del ministerio de Asuntos Agrarios bonaerense.