Una familia de Villa Elisa vivió una noche de terror por una entradera

LA VIVIENDA DE VILLA ELISA DONDE UNA FAMILIA VIVIÓ LA PEOR NOCHE DE TODAS

Desde una hora antes del robo, varios vecinos habían visto a los delincuentes merodeando la cuadra y analizando cuál sería el momento justo para entrar a una casa ubicada sobre los números pares. Algunos llamaron al 911, pero eso no sirvió porque el asalto se concretó igual.

Eran dos los ladrones que saltaron el paredón frontal de una vivienda de diagonal 4 entre 426 y 427, en Villa Elisa, cuando eran alrededor de las 22.30 del domingo.

Ni bien pudieron ingresar, los delincuentes “estaban sacados”, describió Belén (25), la chica que estaba en la casa junto a sus padres. Cada uno de ellos tenía un arma en la mano.

Para su suerte, la situación cambió rápido: “Cuando entraron le pegaron una cachetada a mi papá, pero después se calmaron. Hasta me ayudaron a tranquilizarme a mí, que casi me desmayo del susto”, contó la joven.

La calma aparente que los ladrones se empecinaban en mostrar se trastocó cuando a los tres integrantes de la familia los maniataron con precintos.

“Váyanse, que viene gente”, les pidió Belén a los delincuentes, algo a lo que en parte accedieron: en cinco minutos se fueron.

Pero antes intentaron llevarse algún objeto de valor de la vivienda. Primero pidieron una caja fuerte, algo que allí no había. Y luego en una recorrida por el domicilio, los asaltantes sólo se robaron una plancha para pelo y un celular de la chica, que al final se lo devolvieron.

En definitiva, como adelantó este diario, la obsesión de los delincuentes era llevarse un Peugeot 408 que estaba estacionado en la cochera de la casa.

Con ese vehículo salieron rápido hacia el Camino Centenario. Varias horas después, el auto apareció estacionado como cualquier otro en una calle de Ezpeleta, partido de Quilmes.

Las víctimas lograron ubicar al vehículo gracias a un sistema de rastreo satelital. La incógnita al respecto es si los delincuentes se llevaron el auto para cometer otro hecho, algo que por el momento no pudo ser aclarado por distintas fuentes policiales.

Lo cierto es que el rodado estaba intacto, aunque con el faltante de la llave, un kit de seguridad, un Ipad y la rueda de auxilio.

Con la demora de la Policía se abrió una vez más el debate acerca de la eficacia del sistema de emergencias del 911, al que varios vecinos se habían comunicado para dar cuenta de que los ladrones que al final cometieron este robo habían estado “estudiando” los movimientos del barrio. El patrullero llegó cuando los ladrones ya estaban lejos.

Aunque Belén matizó esta cuestión: “Si llegaban a venir cuando se iban los ladrones, se habrían agarrado a los tiros y no se sabe cómo terminaba todo”.

El caso amargó también a Facundo (20), que no estuvo durante el robo porque se había ido de viaje: “Me había relajado y ni bien vuelvo nos pasa esto. Parece mentira”, se lamentó.