“Al próximo asalto con tiros, yo renuncio a la carnicería”

LOS MOTOCHORROS QUISIERON LLEVARSE LA CAJA REGISTRADORA, PERO SE LES CAYÓ. UNO ESTÁ INTERNADO

“Ya hubo dos robos a los tiros acá dentro. A la tercera, me busco otro trabajo”. La frase es de un empleado de una carnicería de Villa Elvira, un padre de familia cansado de la delincuencia. Es que en el negocio donde trabaja dos sujetos ingresaron a robar el martes a la noche, le gatillaron al policía que vigila el local y uno de los ladrones terminó baleado.

Como este diario anticipó en su edición de ayer, la situación se desencadenó hacia las 21 de ese día, en 7 y 86. Ya había terminado la atención a los clientes y la cortina metálica del frente se estaba bajando. Eran dos los delincuentes, ambos de unos 30 años, que descendieron de una moto y fueron directo a llevarse la recaudación.

Según lo que se pudo reconstruir, los dos asaltantes ingresaron a la carnicería y en su afán por actuar rápido rompieron parte de la caja registradora mientras la arrancaban de un mueble.

siete tiros

Además de dos empleados, en el local estaba un policía que en el horario comercial recorre esa cuadra. Pero los ladrones no lo vieron, ya que el agente se encontraba detrás de un mobiliario, sacándose el uniforme para retirarse de franco. Al escuchar lo que pasaba salió, “se identificó, les dio la voz de alto y sacó el arma”, contó Cristian (28), uno de los empleados, a EL DIA.

La primera reacción de los asaltantes fue de sorpresa, hasta que uno de ellos reaccionó. “Le apuntó al policía y gatilló tres veces. Nunca salió la bala”, sostuvo el joven.

La réplica del efectivo fue disparar dos veces al piso, pero el delincuente insistió en sus intentos fallidos de herir al agente, y continuó gatillando su arma.

Ante esa situación, el policía “le apuntó al cuerpo y le disparó cinco tiros”, señaló Cristian.

Uno de los intrusos resultó herido, pero alcanzó a salir corriendo junto con su cómplice para escapar en la moto hacia 90. En ese interín, se les cayó al piso la registradora.

Pasaron varios minutos hasta que a la guardia del hospital San Martín entró un paciente con un tiro en una axila y otro en un brazo, asegurando que habían querido robarlo. Poco después, policías de la comisaría Octava establecieron que se trataba del sujeto que había estado en la carnicería, por lo que quedó internado fuera de peligro y bajo custodia.

En los últimos cinco años que custodia la carnicería, el agente ya había tenido que intervenir en otro asalto. Fue hace un año. “Los ladrones no deben ser de por acá, si no hubieran sabido que acá hay siempre un vigilante”, estimó Cristian.