Dos muertos y cuatro heridos por otro fuerte choque en la 44

LAS VÍCTIMAS FATALES- UN HOMBRE Y UNA MUJER- VIAJABAN EN EL VOLKSWAGEN GOLF QUE TRAS EL GOLPE CONTRA EL HONDA CIVIC SE ESTRELLÓ CONTRA UNA GARITA DE CEMENTO Y UNA COLUMNA

En la avenida 44, a la altura de Olmos, conviven negocios, casaquintas y algún que otro baldío. Lo que también perciben los vecinos es algo tan invisible como peligroso: falta de controles, imprudencia y muerte. Una parte de ese cóctel volvió a asomar ayer a la madrugada, en un accidente que le costó la vida a dos jóvenes y dejó hospitalizadas a cuatro personas, entre ellas una adolescente embarazada.

Aunque casi todos dormían en 44 y 170 a las 2.30, hubo gente que reconoció haberse despertado por el estruendo que se desató cuando un Volkswagen Golf negro y un Honda Civic gris perdieron el control y terminaron estrellados en distintos sectores de la avenida, ya algunos metros más cerca de la 171.

Los peritos y vecinos que consultó este diario en el barrio coincidieron en que no se habría tratado de un choque sino que los vehículos se despistaron “cuando uno de ellos encerró al otro”, según deslizó un vocero.

En las pericias se pudo corroborar que los dos rodados circulaban por la misma mano, la que va hacia el centro de Olmos.

“Cuando el Golf se descarriló, empezó a dar varios giros, y la chica que viajaba ahí salió despedida”, contó una vecina que vive a metros de donde pasó todo. El auto golpeó contra una garita y una columna de alumbrado. Y la joven - de la que hasta el momento la Policía no logró establecer su identidad y sólo se sabe que tendría entre 25 y 35 años- presentaba el cuadro más grave.

“La ambulancia se la llevó igual porque seguía viva, pero estaba muy mal”, soltó la mujer, quien pidió reserva de su nombre.

El final trágico fue irreversible.

En ese auto iba al volante Néstor Darío Cisneros (38), vecino de Abasto, quien también había sido trasladado al hospital de Melchor Romero. Después de permanecer internado un lapso que no se especificó, el hombre también murió a raíz de las heridas.

En el barrio especulaban con que tal vez para él pudo haber una posibilidad de salvarse: “Hablaba y no se lo veía tan malherido”, describió la mujer que lo vio un minuto después del siniestro.

Lo que alimentará el debate y que generó controversia entre los vecinos, es el tiempo que los médicos de emergencia tardaron en llegar al sitio. En el barrio calcularon que fueron 20 minutos, “aunque en episodios de esta naturaleza nunca se sabe si ante una respuesta más rápida el desenlace hubiera sido otro”, dudó uno de los pesquisas.

a 20 metros, el otro auto

El otro auto involucrado, un Honda Civic, siguió la trayectoria que traía desde antes del accidente. El rodado terminó detenido a por lo menos 20 metros de donde comenzó todo.

En el habitáculo dañado, los cuatro ocupantes de ese rodado sufrieron heridas de consideración diversa. Tal vez el cuadro que más preocupación generó fue el de una adolescente de 16 años embarazada, que viajaba en el asiento del acompañante y tuvo que ser hospitalizada en el Romero.

Hacia el mismo centro médico tuvieron que ser llevados los otros tres lastimados: una chica de 14 años, una joven de 21 identificada como Nadia Melody Mena, y Marcelo Alexander Morales, el muchacho que manejaba, de quien no se informó su edad.

A excepción de la menor de ellas, que hasta ayer a la tarde todavía estaba internada fuera de peligro, todos los demás damnificados ya recibieron el alta.

Más allá de las quejas por la tardanza del 107, en el barrio destacaron que “la Policía llegó rápido”. En el operativo también tuvo que intervenir una dotación de bomberos, para realizar otras tareas complementarias.

El procedimiento de rutina fue realizado por personal de la comisaría 14ª de Melchor Romero, con jurisdicción allí, al que se sumó la Policía Científica unas horas después. Recién en ese momento los autos fueron retirados del lugar.

un reclamo repetido

Cuesta encontrar por el barrio a alguien que no tenga algún reclamo o crítica para hacer respecto de la falta de respeto a las normas viales y de la imprudencia, una actitud que, según dijeron a EL DIA, es visible en conductores y peatones de todas las edades.

Con el ingrediente de que hay tramos de más de 10 cuadras sobre la 44 en los que no hay semáforos -“y a la noche, tampoco se respetan los que hay”- los vecinos de ese sector de Olmos pidieron cámaras de vigilancia en la esquina y más controles.