Chicos y alcohol: polémica por control en Bariloche

A RAÍZ DEL ALLANAMIENTO A UN CONTINGENTE DE ESTUDIANTES PLATENSES EN BARILOCHE SE DISPARÓ UN FUERTE DEBATE POR LOS CONTROLES DE LOS EXCESOS RELACIONADOS CON EL CONSUMO DE ALCOHOL ENTRE LOS JÓVENES. SE DISCUTE SI FUE LÍCITA LA ACTUACIÓN DE LOS INSPECTORES

Una fuerte polémica cruza a padres de egresados de colegios platenses que visitaron Bariloche y a autoridades del municipio rionegrino. El miércoles de la semana pasada, las habitaciones de un hotel de esa ciudad que era ocupado por un contingente de estudiantes de tres establecimientos locales fueron requisadas, en ausencia de los huéspedes, por inspectores comunales que controlaban la existencia de bebidas alcohólicas. Los adultos que fueron de acompañantes en el viaje - entre ellos un camarista de nuestra ciudad - denunciaron penalmente el operativo, por considerarlo un “allanamiento ilegal”; en tanto, la intendente del distrito patagónico aseguró que el procedimiento está contemplado en una ordenanza municipal y calificó al cuestionamiento como “un papelón por parte de un funcionario judicial”.

El episodio, por otra parte, despertó un intenso debate televisivo y en internet, pues decenas de foristas de eldia.com se expresaron con apoyos y rechazos a las dos partes del conflicto.

“ALLANAMIENTO ILEGAL”

“Lo que pasa en Bariloche es como un estado de sitio para los estudiantes; les suspenden todas las garantías constitucionales”, sentenció, a pocas horas de haber regresado a La Plata, el camarista Víctor Violini, integrante del Tribunal de Casación Penal de la provincia de Buenos Aires, padre de uno de los alumnos del Colegio del Centenario que formaba parte del grupo de chicos que viajó y acompañante del contingente. El funcionario judicial, que presentó la denuncia en una fiscalía de la ciudad turística junto a dos padres de alumnos de ese mismo establecimiento educativo y un tercero del Eucarístico, señaló a la inspección realizada por agentes municipales como un “allanamiento ilegal”, pues el operativo de control de bebidas alcohólicas se llevó a cabo sin orden de la Justicia y sin la presencia de testigos. “Es igual que una violación de la propiedad privada, porque una habitación de hotel es como el domicilio de la persona que la ocupa”, añadió.

Según detalló Violini a EL DIA, “el miércoles 6 realizamos una excursión de todo el día al cerro Catedral. Cuando volvimos nos dimos cuenta de que habían requisado todas las habitaciones, incluidas las de los padres, y lo advertimos porque habían revisado los roperos y abierto las valijas. Secuestraron cosas incluso. En la municipalidad dicen que secuestraron más de 70 botellas de bebidas alcohólicas, pero en realidad, como no estaban más que los inspectores y personal del Hotel, eso no hay forma de corroborarlo”.

El camarista también contó que el domingo anterior al operativo, al llegar el contingente al hotel, los encargados del establecimiento y los padres mantuvieron una reunión en la que se acordó que antes de revisar las habitaciones para controlar que los chicos no tuvieran bebidas con alcohol se les avisaría a los padres. “Uno de nosotros acompañaríamos el procedimiento y si se detectaban botellas se las sacaría de la habitación. Pero el gerente del hotel no cumplió y aprovechó que no estábamos en el hotel para autorizar a los inspectores a ingresar a las habitaciones”, indicó Violini.

“Lo más insólito de todo esto es que hicieron este operativo grotesco argumentando que cuidaban a los menores con la ingesta de alcohol. Y yo, como padre acompañante iba todas las noches a los boliches bailables donde llevan a los menores y en los boliches les venden alcohol a baldes”, resaltó.

Además, Violini explicó que denunciaron el caso como un delito en el que no sólo acusaron “a los agentes municipales sino al gerente del hotel que fue quien les dio el acceso, porque las habitaciones se abren con tarjetas electrónicas”.

En ese marco, anoche el camarista tuvo un fuerte cruce televisivo con el secretario de Turismo de Bariloche, Fabián Szewczuk, donde cada uno expuso sus argumentos. Entre otros aspectos, el funcionario rionegrino sostuvo que los chicos firman (una ficha) y autorizan al hotel a realizar inspecciones, circunstancia que el magistrado negó rotundamente.

“Evidentemente, usted no entiende nada y sigue diciendo pavadas. Me hubiese gustado más compartir este tema con algún abogado, alguien que entienda de lo que está hablando”, le dijo el juez al funcionario, hacia el final de la discusión.

“UN PAPELON”

María Eugenia Martini, una platense hija de un militante peronista que actualmente cumple funciones en el ministerio de Justicia de la Nación, es intendente de Bariloche desde septiembre del año pasado. La jefa comunal aseveró, tras el escándalo, que la denuncia efectuada por un funcionario judicial es “un papelón” y en ese sentido afirmó que la acción “evidencia falta de compromiso y responsabilidad con el cuidado de los adolescentes”.

Szewczuk, asimismo, aseguró que “los inspectores actuaron como corresponde” y precisó que “esta es una política que se lleva adelante desde hace muchos años, justamente para un Bariloche que es el que queremos porque no estamos cuidando a 1 ó 60, estamos cuidando a 160 mil estudiantes que llegan a Bariloche durante el año”.

El funcionario explicó, además, que los inspectores municipales “cumplieron con la ordenanza”. Se trata de la normativa 1.051 del año 2000, que reglamenta el alojamiento del turismo estudiantil y en cuyo anexo 1 inciso 5 establece que “en ningún caso podrá expenderse o servirse en el establecimiento ningún tipo de bebida alcohólica”. El texto reglamentario agrega que “siempre y en todos los casos, el establecimiento deberá contar con una persona responsable o asignada por la firma propietaria para atender a los funcionarios actuantes”.

Desde que se instrumentó la ordenanza que regula la estadía de los grupos de egresados se realizan, entre los estudiantes, dos controles. Uno se lleva a cabo al ingresar a Bariloche el micro que los transporta; en ese caso los inspectores detienen el colectivo en el acceso de la ruta 40, ascienden al vehículo y revisan que no haya bebidas alcohólicas ni pirotecnia. La otra fiscalización se lleva a a cabo cuando los agentes comunales acuden sorpresivamente a los hoteles donde se alojan los alumnos y controlan que no haya tenencia de alcohol en las habitaciones.

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