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ELDIA |INFORMACION GENERAL

Los ataques de ira, un mal que se extiende en la vida cotidiana

Es el fenómeno que retrata “Relatos Salvajes”, el gran éxito cinematográfico del momento. Los expertos hablan de un mal de época

8 de Septiembre de 2014 | 00:00
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PARA LOS ESPECIALISTAS, DETRÁS DE LOS ESTALLIDOS DE VIOLENCIA HAY SITUACIONES NO RESUELTAS
PARA LOS ESPECIALISTAS, DETRÁS DE LOS ESTALLIDOS DE VIOLENCIA HAY SITUACIONES NO RESUELTAS

Una pediatra atendía en una salita médica de Los Hornos. Cerca de las diez llegó una mujer sin turno con su hijo enfermo. La médica le indicó que esperara unos minutos, que la atendería después de unos pacientes. La madre en la sala de espera desbordó: entró al consultorio y le atinó una trompada en la nariz. Después se escapó corriendo con su hijo en brazos.

Dos jóvenes del mismo barrio discutieron en 22 y 84. Primero se insultaron, después se pegaron. Uno sacó un arma y el otro terminó baleado.

Un sábado a la madrugada, Víctor Silvestre y sus amigos caminaban por calle 5, rumbo al boliche. Pasaron frente a una pensión estudiantil y oyeron música alta. En broma, pidieron que les pusieran un tema. Pero el chiste cayó mal: cinco jóvenes salieron con raquetas y palos, y los atacaron. Víctor terminó con el pómulo derecho fracturado y la cara desfigurada.

La violencia palpita en la ciudad: amenaza en las calles, en las escuelas y en los hospitales. A veces también dentro de las familias, en las parejas, entre los grupos de amigos o en el trabajo. Ante cualquier descuido penetra en las fibras más profundas de las relaciones e impone su ritmo: intenso, arrasador y destructivo. Puede nacer de una pequeña bronca que se oculta, pero después crece, se acumula, tiñe la mirada y estalla en furia.

Dos alumnas (de 16 y 13 años) de la escuela Media Nº 17 competían por el amor de un chico. Se encontraron en la puerta del colegio alrededor de las cinco. La más chica llevó un cuchillo: apuñaló a su rival en el cuello, en el pecho y le cortó la frente, el pómulo y el maxilar inferior izquierdo.

“La violencia es un mecanismo de destrucción que rompe los lazos sociales”, explica Carolina D`Agostino Mariani, profesora en psicología en la UNLP e integrante del equipo del Centro Integral de Psicología Aplicada. Y para entenderla plantea considerar la sensación social de permanente amenaza: “Vivimos alerta para defendernos de todo y del otro”. Según la especialista el control de un brote de ira “se logra a través del conocimiento que la persona puede construir sobre sí misma”.

CONSUMO VIOLENTO

Para comprender la furia latente D’Agostino Mariani también cree necesario reparar en los consumos culturales: “Se consume violencia: se vende, se compra, se la inflige y se la muestra en los medios de comunicación y es redituable en rating”. Dice que la lógica del sistema capitalista encontró en la violencia una ganancia: “Desde su discurso la muestra y la reproduce como un artículo del que las sociedades pueden hacer uso. Tomó un lugar valorado dentro de la sociedad”.

“Hay mucha gente falsa”, publicó una nena de trece años en su muro de Facebook y una compañera lo interpretó como una indirecta para ella. Se encontraron en 9 y 38, a metros de la escuela. La que se sintió aludida con la mención la atacó con trompadas en la cabeza, en las costillas y cuando su “rival” cayó al piso le embocó una patada en uno de sus ojos. Mientras le pegaba le exigía que le dijese “las cosas en la cara”.

Olga Winklarek coordina algunos grupos de autoayuda “Volver a empezar” y cuenta que el control de la ira suele ser un tema recurrente en las reuniones. “Es raro que la furia no aparezca como problema. Hace unos días una mujer contó que sintió ganas de matar a su marido y llegó a agarrar un cuchillo”, cuenta, y dice que suelen ocultarse causas profundas, y quizás de años, detrás de los estallidos violentos: “Generalmente son circunstancias personales no resueltas: con un hijo, con una pareja o con los padres. Son situaciones vividas que se van acumulando y de repente salen. La mujer se sentía avasallada y agarró el cuchillo para imponerse. Uno responde con violencia cuando se siente agredido. La ira es general y no distingue grupo social”.

VIOLENCIA EN EL CINE

De los estallidos violentos trata “Relatos Salvajes”, la película de Damián Szifron que causó furor y se convirtió en tema de conversación de varias semanas. Son seis historias de personas que desbordan. La película pegó y los personajes de Érica Rivas (una novia despechada) y de Ricardo Darín (un ingeniero experto en demoliciones harto de que la grúa le lleve el auto) fueron los que más empatía generaron. Muchos de los espectadores se mostraron identificados - al menos en el deseo - con algunos arrebatos violentos.


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