La caída de rayos, cada vez más frecuente por el cambio climático

Los rayos volvieron a colocarse en el centro de la atención en los últimos días a partir de dos episodios registrados en distintos puntos del país. En uno de ellos, que tuvo lugar en Misiones el último fin de semana, un joven resultó muerto y un adulto herido por la caída de rayos en distintos puntos de la ciudad de Posadas. El hecho se produjo pocos días después de que la caída de otro rayo en el balneario municipal de Bahía Blanca provocara heridas a cuatro mujeres.

Estos dos sucesos tuvieron lugar a poco de que se cumpliera un año de que cuatro jóvenes perdieran la vida en Villa Gesell por la caída de un rayo en la playa. Pocos días después de que ese episodio se produjera hubo otro hecho luctuoso en el que una mujer falleció en una playa de Brasil al ser alcanzada por un rayo.

La seguidilla de casos reavivó la inquietud en torno a un fenómeno previsto por los meteorólogos: el incremento de los fenómenos meteorológicos extremos que se asocia al cambio climático. Entre ellos, un aumento de las tormentas eléctricas tanto en frecuencia como en intensidad.

Con todo, ese aumento, que está comprobado científicamente y que equivale a un 12% más por cada grado que aumente la temperatura, tendría un impacto relativo en la vida de la gente, ya que los pronósticos indican que, de aquí a fin de siglo la temperatura del planeta se incrementaría en alrededor de dos grados.

Así lo indica Mauricio Saldívar, responsable de la Agencia Hidrometeorológica de la Municipalidad de La Plata, quien agrega que, en todo caso, el problema con los rayos siempre existió en el país, que está considerada como una de las tres zonas con mayor incidencia de rayos en el mundo (ver aparte).

Para Saldívar, si bien la relación entre calentamieno global y mayor frecuencia e intensidad de las tormentas eléctricas existe, en los últimos años, la inquietud por las muertes causadas por rayos en el país se incrementó.

Esto se atribuye a algunos casos luctuosos resonantes - como los de la playa de Villa Gesell en 2014 o el día en que en distintos puntos de Buenos Aires cuatro personas murieron a causa de rayos durante una misma tormenta.

Pero también a que crece la cantidad de gente que se expone a los rayos en situaciones de riesgo, tales como en playas y piletas mientras está ocurriendo una tormenta eléctrica.

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“Esto no se resuelve con más dispositivos y controles sobre los rayos, sino con una educación preventiva de la gente, que debe tener en cuenta ciertas normas de seguridad para evitar exponerse a los rayos”, dice Saldívar

Entre esas normas se cuentan no quedarse a contemplar una tormenta eléctrica desde una playa, pero también tener en cuenta lo que los especialistas conocen como la regla del 30/30.

Esta regla establece que si pasan menos de 30 segundos entre el relámpago y el trueno hay que buscar refugio. Y que es seguro salir al aire libre 30 minutos después de escuchar el último trueno.

Del mismo modo se sugiere evitar los árboles altos, la cercanía de antenas, las áreas abiertas, los alambrados, los palos de golf, usar herramientas de metal o estar en piscinas.