Un rebote económico que está cada vez más lejano

Por RAUL VIVES

El 2015 será otro año de retroceso económico.

No habrá rebote o recuperación, como prometía el ministro Axel Kicillof, la tropa K y los dos asesores del gobernador Daniel Scioli, los economistas Miguel Bein y Mario Blejer.

Cambiaron todos los pronósticos, apenas iniciado el nuevo año.

El desempleo es un problema en ascenso, con porcentajes reales del 14% en el Conurbano, al tiempo que la caída del nivel de los salarios en blanco del 10% se acentuaría a medida que transcurra el año

La realidad económica es mucho más severa que la imaginada por el oficialismo, y eso se notará en la política.

EFECTOS IMPREDECIBLES

La tragedia del fiscal Nisman tampoco pasará inadvertida en los negocios.

Los efectos políticos son impredecibles.

Uno de ellos es el default de credibilidad sobre las instituciones y el Gobierno.

Un resultado equiparable a la destrucción de las estadísticas oficiales del Indec, a una escala más amplia.

El fortalecimiento del dólar en el mundo, la recesión en Brasil, la soja a 350 dólares y el petróleo a 45 dólares el barril, además de los enormes desequilibrios macroeconómicos locales, son un coctel imposible de afrontar en el último año de gestión de Cristina Kirchner.

COSTOS DE LA CRISIS

Los presidenciables y los negocios tienen ahora una sola duda importante: si la crisis estallará con la actual gestión, o el oficialismo logrará trasladar los costos a la próxima administración.

En otros términos, si el ajuste cambiario ocurrirá en el transcurso del 2015, a pesar de la decisión oficial de sostener el dólar atrasado al costo que sea necesario; y si las tarifas y subsidios se podrán mantener en los actuales niveles a pesar de los desajustes fiscales.

Los interrogantes no son un detalle de lo que puede ocurrir con la Argentina en los próximos años.

Es claro que Cristina Kirchner pretende trasvasar toda la herencia al próximo presidente y que el costo lo asuma esa nueva administración: el retraso del dólar, el cepo cambiario y a las importaciones, la negociación con los holdouts, los desajustes en las tarifas, el desmantelamiento de los subsidios.

MALAS NOTICIAS

Todas malas noticias en términos sociales, pero inevitables para recuperar la capacidad de crecimiento, creación de empleo y frenar la inflación.

Los economistas de los presidenciables elaboran opciones e hipótesis sobre lo que podría ocurrir y cual serían las chances según los escenarios: si las urgencias se precipitan o si por el contrario, la nueva administración debe enfrentar la herencia y administrar una transición compleja, en donde el ajuste no se pueda eludir.

No hace falta imaginar demasiado.

Basta mirar a Dilma, en Brasil, que dio un golpe de timón apenas asumió su segunda presidencia.

El apretón fiscal augura un año de crecimiento negativo para la economía brasileña.

PRONOSTICOS

En cuanto a los pronósticos locales, no hay alternativas favorables.

Las exportaciones cayeron 12% el año pasado y para el presente se espera otra baja adicional.

La falta de competitividad de la industria local y la soja en 350 dólares la tonelada aseguran este magro resultado.

La Argentina retrocederá así a valores de exportación de una década atrás.

La demanda interna también retrocedió en el 2014 y ocurriría algo similar este año.

El desempleo es un problema en ascenso, con porcentajes reales del 14% en el Conurbano, al tiempo que la caída del nivel de los salarios en blanco del 10% se acentuaría a medida que transcurra el año.

La inversión es negativa desde hace ya varios años y las importaciones son administradas a cuentagotas.

La economía se quedó sin motores.

La falta de dólares aparece cada vez más acuciante.

Los vencimientos financieros del sector público y privado ascienden a 20.000 millones de dólares este año, y el saldo comercial caerá nuevamente.

El nivel de reservas en el Banco Central es insuficiente para mantener los niveles de actividad del 2014.

¿Cuáles serán los próximos pasos de Kicillof para afrontar estas dificultades?