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Harry y Meghan: una entrevista que dará que hablar

Esta noche se emitirá el reportaje que los duques de Sussex dieron a la reconocida Oprah Winfrey en Estados Unidos. Del otro lado del océano, la reina Isabel II dará un discurso televisivo

Harry y Meghan: una entrevista que dará que hablar

La boda de Harry y Meghan llamó la atención en todo el mundo, ya que la novia es norteamericana

VIRGINIA BLONDEAU
Por VIRGINIA BLONDEAU

7 de Marzo de 2021 | 10:25
Edición impresa

En celdas con barrotes de oro, presos de su privilegiado destino. Es lógico que así se sientan los miembros de la realeza cuando desde que son “locos bajitos” cargan, como dice la canción de Joan Manuel Serrat “con nuestros dioses y nuestro idioma, nuestros rencores y nuestro porvenir” pero, a diferencia de otros niños, no se les permite “que decidan por ellos, que se equivoquen, que crezcan y que un día nos digan adiós...”.

Porque decir “adiós” no es una opción para una niña o niño que tiene como destino ser príncipe, princesa, rey o reina de su país. Claro… la mayoría entiende que en la lotería de los privilegios, ellos sacaron número ganador y, más allá de alguna que otra rebeldía o depresión, aceptan su destino de servicio a la monarquía y se preparan para ir por la vida cortando cintas, diciendo discursos y haciendo lo que el Parlamento les encomiende.

Es verdad que cuando no se es “el número dos” la vida se hace más llevadera. Los príncipes que vienen detrás del heredero o la heredera hasta pueden optar por escribir otra historia diferente a la oficial. Recordemos como el príncipe Friso de los Países Bajos dijo “Esto no es para mí”.

A Friso nunca le había resultado tentador cargar con las responsabilidades reales y, como ya les contamos a los lectores en ediciones pasadas, cuando descubrió que si a su hermano mayor, Guillermo Alejandro, le pasaba algo, él se convertiría automáticamente en el heredero comenzó a protegerlo. “Si te dan una paliza que ésta no sea demasiado grande porque, en ese caso, yo me tendría que convertir en rey” era su clásica broma de adolescente.

Diana y Meghan en los reportajes

Friso hizo una carrera meteórica como ingeniero aeronáutico y en 2003 anunció su compromiso con Mabel Wisse Smit, una activista de organizaciones no gubernamentales que, según se rumoreaba, había mantenido una relación con un capo de la mafia holandesa (Hasta ese momento creo que pocos sabíamos que en Holanda había mafia). El Parlamento dijo que antes de aprobar el matrimonio debía investigar a la novia pero Friso dijo que no. Que prefería perder su lugar como heredero del trono y dejar de pertenecer oficialmente a la Casa Real. Su boda no fue de estado y sus hijas no son princesas pero mantuvo el cariño de su familia y el prestigio frente a la sociedad. En 2013 Friso falleció como consecuencia de un accidente de esquí.

Tal vez los lectores ya habrán hecho comparaciones con una parejita que está siendo nota de tapa estos días y que bastante más que hablar dará en los próximos: Harry y Meghan, los duques de Sussex.

El objetivo de la entrevista con Oprah parece ser limpiar la imagen de los duques de Sussex

 

Pero Friso poco tiene que ver con Harry excepto en el hecho de que ambos son segundogénitos y en que ambos decidieron dar un paso al costado. Claro que mientras uno optó por la discreción, otro prefirió el escándalo, un lugar en el que Harry dice sentirse incómodo pero parece moverse cómodo.

Harry fue el último intento de sus padres, los príncipes de Gales, para recomponer su matrimonio. Recordemos que tanto Carlos como Diana ya habían tenido relaciones extramatrimoniales antes de su nacimiento al punto de que el pobre tuvo que cargar toda su vida con la sospecha de no ser hijo de quien debía. Harry creció rodeado del profundo amor de su madre y su padre pero en forma separada; nunca los vio juntos y felices.

Y en nada habrá ayudado a transitar su adolescencia el escándalo que se armó en noviembre de 1995, cuando tenía 11 años, con la entrevista que Diana dio a la cadena BBC en la que contaba detalles de infidelidades propias y ajenas, criticaba al entorno de su marido y a los medios, se autodenominaba como “reina de corazones del pueblo” y vaticinaba grandes cambios en la institución monárquica. Fue una entrevista autocomplaciente pero, justo es decirlo, muy valiente y catártica. También, para muchos, fue su sentencia de muerte: se enemistó con la poderosa familia de su marido y sentó las bases para que la prensa hiciera de su vida un reality. Y ya sabemos cuál fue el final.

Por eso no se entiende que Harry haya optado por seguir el mismo camino y ofrecer, junto a su esposa, una entrevista a la gran Oprah Winfrey, la mujer más poderosa de los medios de comunicación. La entrevista se emitirá hoy, en emisión especial, por la cadena estadounidense CBS y, aunque Oprah es una periodista punzante, todos suponemos que, al ser amiga de Meghan, será bastante complaciente.

El objetivo parece ser limpiar la imagen de los duques de Sussex, permitirá que expliquen su salida de la Casa Real y, de paso, intentarán demostrar que ellos son lo mejorcito de la familia. O sea, conceptos muy parecidos a los de la entrevista de Diana en 1995. Lo que no osó ella ni creemos que hagan los duques será criticar abiertamente a la reina.

Tras dejar de pertenecer a la corona, Meghan y Harry se sienten más libres

Las comparaciones entre una y otra entrevista no son cosas nuestras: en el adelanto que mostraron Harry mismo dice que ahora entiende por lo que pasó su madre en aquel entonces sola y perseguida por la prensa y el entorno real. Ellos, por lo menos, se tienen el uno al otro en esta “terrible” batalla. Físicamente Diana y Meghan no podrían ser más diferentes pero, sin embargo, la duquesa ha intentando imitarla y aparece vestida de Armani, uno de los diseñadores preferidos de Diana, y maquillada de negro en los ojos exactamente igual que esa suegra que no llegó a conocer. La expresión, la mirada y la tendencia a victimizarse también son similitudes que en Diana eran genuinas y en Meghan lo sabremos luego de ver el reportaje.

Harry fue el último intento de sus padres para recomponer su matrimonio

 

En este punto es bueno aclarar que Harry y Meghan tuvieron y tienen todo el derecho a renunciar a sus privilegios, mudarse a California y formar una familia lejos del paraguas real. Ella pude dedicarse a la actuación, él a temas militares e, incluso, compartir misiones de caridad a la que son tan proclives. Y sería muy bienvenida la comparecencia en los medios para dar a conocer su trabajo. Tienen, en apariencia, ganas, talento y dinero para llevar esa vida. Podrían haber sido como los antes nombrados Friso y Mabel de los Países Bajos.

Lo que no se entiende es por qué eligieron tener una boda de estado, establecerse en una de las mansiones de la corona por la que gastaron miles de libras en refaccionarla, asumir deberes reales y, de pronto, cuando la prensa los criticó un poco y su abuela les pidió que se comportaran como duques, se hicieron los ofendidos y huyeron a Norteamérica. ¿No sabían acaso lo que se esperaba de ellos? Tal vez Oprah nos desvele el misterio si hoy se emite el programa.

Y ponemos el condicional porque el destino les está jugando una mala pasada. El príncipe Felipe, marido de la reina y abuelo de Harry, está peleando por su vida en un hospital de Londres y, según rumores, los duques se han pasado toda la semana planteándose si este es el momento para largar semejante bomba de entrevista. Al cierre de esta edición todo seguía su curso: Felipe grave y la CBS confirmando la emisión.

Friso y Mabel el día de su boda

Por otro lado, la reina contraataca. Hoy es el Día de la Mancomunidad en el que se celebra la unión de los 54 países que comparten lazos históricos con el Reino Unido. Isabel II es la cabeza de la organización y la Casa Real pone mucho empeño en conservar las relaciones con estos países. Debido a la pandemia, este año no se realizará ningún acto presencial de modo que Isabel II dirá un discurso que será televisado momentos antes de que, del otro lado del oceáno, se emita el show de los Sussex. Pero ella no estará sola sino que la acompañarán el príncipe de Gales y su esposa, Camila, y los duques de Cambridge, Guillermo y Kate. Los cinco son la artillería más pesada de la Casa Real Británica y están para contrarrestar la estrategia de H&M, como se llama en los medios a la pareja desertora.

Más allá del rating, lo que se mide acá es quien va a trascender por su popularidad y prestigio. Todo hace pensar que, una vez más, y al igual que con Diana, va a ganar 1 a 0 la eterna reina Isabel II del Reino Unido.

 

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Oprah en la boda de Harry y Meghan

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