Agua: un recurso estratégico en la Región, con las reservas mundiales en problemas

Cada 31 de marzo, en el país se conmemora el Día Nacional del Agua, una fecha destinada a sensibilizar a la población sobre la importancia vital y el uso sostenible de los recursos hídricos en nuestro país. Desde hace décadas, esta celebración ha sido un recordatorio clave de la necesidad de preservar y administrar adecuadamente uno de los recursos naturales más preciados.

El origen de esta jornada se remonta al año 1963, cuando se llevó a cabo en la provincia de Córdoba el 1º Congreso Nacional del Agua de Argentina. Sin embargo, no fue hasta 1972 que este día adquirió un alcance nacional, estableciéndose como una fecha emblemática para reflexionar sobre el uso racional y responsable del agua.

Los desafíos que enfrenta nuestro país en relación con el agua son diversos y complejos. Desde la provisión de agua para consumo humano e industrial hasta la gestión de riesgos asociados a inundaciones, pasando por la producción de energía hidroeléctrica, las presas, embalses y diques desempeñan un papel crucial en la gestión de este recurso vital.

Es importante reconocer que el agua es un derecho fundamental para todas las personas. En este sentido, es responsabilidad de cada individuo, comunidad y gobierno garantizar su acceso equitativo y su uso sostenible. Desde la Organización Reguladora de Seguridad de Presas (ORSEP), se renueva el compromiso de promover el cuidado responsable del agua y se insta a la ciudadanía a sumarse a esta causa.

Con la mirada puesta en la campaña 2024, técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en la zona núcleo brindan un análisis detallado sobre la situación de los cultivos y las reservas de agua en suelo, tras las recientes lluvias. Este informe proporciona una visión fundamental para comprender el panorama actual y las proyecciones a corto plazo en materia agrícola.

Según palabras de Pablo Mercuri, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales (CIRN) del INTA, luego de tres años caracterizados por la escasez de agua, la evolución de la campaña 2023/24 promete ser alentadora. Sin embargo, esta recuperación es desigual en todo el país, con regiones que aún enfrentan condiciones extremas de sequía, especialmente en áreas del oeste de Buenos Aires, sur, centro y norte de Córdoba, y gran parte del Noroeste Argentino (NOA).

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En el mundo se observó una disminución en las reservas de agua de los embalses

El informe más reciente del Instituto de Clima y Agua detalla que las lluvias han sido significativas en algunas zonas, especialmente sobre el sur de Misiones, este de Formosa, noreste de Corrientes y Entre Ríos, con acumulados superiores a los 100 milímetros. En la región Pampeana, las precipitaciones han sido generalizadas, con acumulados entre 30 y 70 mm, lo que ha mejorado las reservas de agua en suelo.

El análisis muestra que el porcentaje de agua útil en el perfil del suelo se sitúa por encima del 40 % en el este de la región Pampeana y el Litoral, alcanzando umbrales de exceso en algunas áreas. Sin embargo, regiones como el NOA, Cuyo y parte de la región Pampeana continúan en condiciones críticas, con valores por debajo del 40 %.

En términos generales, se estima que el agua total en el perfil del suelo es superior al 60 % en gran parte del centro-este, noreste del país y Patagonia, mientras que en áreas de Cuyo, Patagonia y NOA se observan valores más bajos.

En el ámbito local, técnicos como Fernando Mousegne del INTA San Antonio de Areco, Buenos Aires, informan sobre mejoras significativas en los cultivos recién implantados, gracias a las lluvias acumuladas de aproximadamente 70 milímetros. Sin embargo, se destaca la necesidad de seguir monitoreando el clima, especialmente ante la incertidumbre asociada al fenómeno de El Niño y su impacto en las condiciones de cosecha.

Nicolás Sanmarti del INTA Oliveros, Santa Fe, menciona la disparidad en la campaña de trigo, con resultados variables según las zonas y las condiciones iniciales de humedad del suelo. En el caso de la soja y el maíz en el sur de Santa Fe, se evidencian escenarios mixtos debido a diferencias en la recarga del suelo en diferentes profundidades.

Gustavo Ferraris del INTA Pergamino, Buenos Aires, resalta el impacto positivo de las lluvias en la Región Pampeana, especialmente en la siembra de maíz temprano y la futura siembra de soja. Aunque destaca que el fenómeno de El Niño puede traer consigo desafíos adicionales, como la posibilidad de lluvias más frecuentes.

El pronóstico a corto plazo indica la continuación de condiciones predisponentes a lluvias frecuentes en el este y noreste del país, con gradual recuperación de las reservas de agua en suelo. Sin embargo, se señala la necesidad de monitorear de cerca las condiciones climáticas, especialmente ante la posibilidad de eventos climáticos extremos.

CRISIS EN EL MUNDO

Un estudio reciente publicado por Nature Communications ha arrojado luz sobre una preocupación urgente: las reservas globales de agua están disminuyendo, a pesar de los esfuerzos de almacenamiento y distribución. Este hallazgo plantea un desafío crítico para la seguridad hídrica mundial y resalta la intersección entre el cambio climático, la demanda creciente y la gestión del agua.

Según el estudio, realizado mediante el análisis de imágenes satelitales de 7.245 embalses en todo el mundo, se observó una disminución en las reservas de agua entre 1999 y 2018. Sorprendentemente, este declive se produjo a pesar de un aumento anual en la capacidad de almacenamiento de aproximadamente 28 kilómetros cúbicos.

La autora del informe, Huilin Gao, de la Universidad de Texas A&M, destaca que el cambio climático y la creciente demanda son los principales impulsores de esta tendencia preocupante. Incluso con un cese en el aumento de las temperaturas, es probable que la demanda de agua siga aumentando y que la construcción de nuevos embalses continúe, lo que subraya la urgencia de abordar este problema de manera integral.

El origen de esta jornada se remonta al Primer Congreso Nacional del Agua de Argentina

Esta preocupación es especialmente pronunciada en América del Sur y África, donde la demanda de agua ha aumentado rápidamente mientras que los nuevos embalses no se han llenado al ritmo esperado. Ejemplos concretos de esta crisis incluyen a Honduras, que ha tenido que racionar la electricidad debido a una sequía que ha impactado la producción hidroeléctrica, y Chile, donde la disponibilidad de agua ha disminuido significativamente en las últimas décadas.

En Europa, países como Uruguay han declarado emergencias hídricas debido a sequías históricas. En España, Greenpeace ha denunciado la insostenible política hidráulica del país, señalando problemas de contaminación, escasez y mala gestión del agua que se ven agravados por la crisis climática.

China, por su parte, enfrenta desafíos similares y está planeando un ambicioso proyecto de infraestructura hídrica para mitigar el impacto del cambio climático. Sin embargo, los expertos advierten sobre los posibles costos y consecuencias ambientales de desviar más ríos para estos proyectos.