El delito juvenil continúa acechando en las calles

“Con el nivel de delincuencia que hay en La Plata ya no se puede vivir tranquilo”. La frase, perteneciente a un vecino que pidió mantener su identidad a resguardo por temor a represalias, refleja la situación que se vive en la Ciudad por la enorme cantidad de delitos que se vienen cometiendo diariamente.

Los vecinos reconocen que dentro de este grave cuadro lo que más preocupa es que un gran porcentaje de hechos están siendo cometidos por ladrones cada vez más jóvenes y, por ende, dispuestos a todo.

Justamente, hace pocas jornadas las miradas a nivel nacional apuntaron a La Plata a raíz del caso del comerciante que mató de cinco disparos a un joven de 16 años que había ingresado a su local con fines ilícitos.

A este trágico antecedente se debe sumar el de los ya conocidos “Hermanos Macana”, tres menores de edad que ya han recorrido casi todas las comisarías de La Plata por la gran cantidad de arrestos que tienen en su prontuario. También el caso de los “Hermanos Chizito”, dos adolescentes que vienen manteniendo en vilo a Ensenada desde hace varios meses.

Los vecinos tienen razones de sobra para alarmarse por la edad cada vez más acotada de los hampones. El concepto más utilizado a la hora de hablar de esta situación es el de la puerta giratoria ya que cuando el que ejecuta el ilícito aún no alcanzó los 18 años, en el caso de que sea atrapado por la policía debe ser entregado a sus padres o un adulto responsable lo antes posible, justamente por su condición de menor de edad.

Así se analiza que el peor de los escenarios delictivos se da cuando el hampón es menor de edad ya que, esta especie de “inmunidad” que les otorga la legislación vigente los predispone mucho más violentos y temerarios.

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La situación se agrava muchísimo más si se suma la posibilidad de que al momento del ataque el joven se encuentre bajos los efectos de estupefacientes o alcohol.

En este preocupante contexto lo que más desvela a quienes residen en esta geografía es que “por la falta de acción de las autoridades”, no se vislumbra, al menos en el corto plazo, la luz al final del túnel. Concretamente lo que se reclama es un cambio de legislación urgente que le ponga frente al delito juvenil.

Mientras el caso del comerciante continúa dando que hablar, ayer la Ciudad volvió a convertirse en escenario de otro hecho de inseguridad cometido por adolescentes.

En esta oportunidad tres chicos de 14, 15 y 17 años abordaron en la puerta de un cajero automático a un hombre que se encontraba extrayendo dinero en efectivo y luego de amenazarlo con un arma de fuego le sacaron la totalidad de billetes que llevaba consigo, unos 30 mil pesos.

Según trascendió, el hecho tuvo lugar el viernes por la noche, en una entidad bancaria ubicada en 7 entre 33 y 34.

Probablemente, el cansancio acumulado durante todo el día redujo sus reflejos y le impidió interpretar el lento recorrido de tres sujetos por la vereda como una situación cuanto menos sospechosa.

Según fuentes oficiales, resultó clave para la detención de los sospechosos los datos sobre la vestimenta de los ladrones que pudo almacenar el damnificado.

Con esta información y luego de un rastrillaje exhaustivo, la policía pudo dar con los sujetos en 3 y 32. Luego de ser reducidos y registrados se pudo establecer que el joven de 15 años ya tuvo al menos cinco entradas a la comisaría por distintos delitos.