Brutal agresión durante la quema de un muñeco

"Me quisieron matar, fue a traición". Pablo Nievas (24), no tiene dudas acerca de lo que pasó durante la noche de año nuevo, cuando se acercó a presenciar la quema de un muñeco en una esquina de San Carlos y terminó viviendo una verdadera pesadilla: fue atacado por un grupo de hombres, que le asestaron dos puñaladas en la espalda y luego lo golpearon salvajemente con un bate y con botellas de sidra, según denunció la víctima, en diálogo con EL DIA.

"Para mí el viaje hasta el hospital de Romero, donde lo llevaron después del ataque fue eterno. Y cuando lo vi, al principio no lo reconocí, porque estaba todo ensangrentado y lo habían desfigurado", se lamentó Carmen Martino (51), la madre del joven agredido.

UNA NOCHE VIOLENTA

Con un clima festivo se vivía en San Carlos la llegada del 2010. En la esquina de 141 y 42, donde decenas de vecinos se reunieron después de la medianoche a presenciar la quema de un muñeco de "Chuky". Pero nadie se imaginó el terrible momento que se estaba por vivir.

"Yo pasaba con la moto por ahí y paré a saludar a un amigo -explica Pablo Nievas-. De pronto, viene un tipo y me dice "sacá la moto de ahí". Después de un rato, cuando yo ya me estaba por ir, siento de repente unos puntazos en la espalda y enseguida me empiezan a golpear".

Según relataron la víctima y algunos testigos, un grupo de hombres comenzó a agredir a Nievas con mucha saña: "Me pegaron con un bate o un fierro en la cara, y también con botellas de sidra", aseguró el damnificado.

"Habían levantado un adoquín para partírselo en la cabeza. Lo peor es que había tres patrulleros en el lugar, y nadie hacía nada", se quejó la madre del joven agredido.

LE QUISIERON ROBAR LA MOTO

En medio de esa brutal golpiza, y de acuerdo a las mismas fuentes, desconocidos intentaron aprovechar la ocasión para robar el rodado en el que se movilizaba Nievas, que había quedado con las llaves puestas. Sin embargo, un allegado al agredido alcanzó a recuperar el vehículo y lo llevó hasta la vivienda de la víctima.

Todo hubiera terminado de la peor manera sino fuera por el auxilio de un compañero de trabajo de Nievas, que consiguió subirlo a su camioneta y llevarlo de urgencia al hospital de Romero.

A priori, el damnificado no entiende la agresión. Aunque más tarde reconoció que conoce a sus agresores y cree que la golpiza es producto de la bronca que "los tres hermanos que me pegaron le tienen a mi hermano, que trabaja como ellos en el Servicio Penitenciario".