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Hacerse cargo de los abuelos, un duro desafío para miles de familias

Cada vez es más difícil llevarlos a vivir con alguno de los hijos. La situación que genera desde dilemas éticos hasta sobreexigencias económicas

14 de Julio de 2013 | 00:00
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AMÉRICA PINTOS (89) VIVE CON SU HIJA EN RINGUELET Y CONCURRE TODOS LOS DÍAS DE 9 A 16 A UN CENTRO DE DÍA DE LA CALLE 42 DONDE RECIBE CUIDADOS Y TIENE ACTIVIDADES. “DESDE QUE VENGO A ‘LA CASITA’ RECUPERÉ LA ALEGRÍA”, DICE.
AMÉRICA PINTOS (89) VIVE CON SU HIJA EN RINGUELET Y CONCURRE TODOS LOS DÍAS DE 9 A 16 A UN CENTRO DE DÍA DE LA CALLE 42 DONDE RECIBE CUIDADOS Y TIENE ACTIVIDADES. “DESDE QUE VENGO A ‘LA CASITA’ RECUPERÉ LA ALEGRÍA”, DICE.

América Pintos canta el tango como ninguna y en cada verso pone su corazón. A los 89 años, esta abuela de Ringuelet termina de cantar una apasionada versión de “Malena” y no hace falta que agregue que recuperó la alegría. Pero lo dice y sostiene que lo hizo gracias a una decisión que tomó junto a su familia: empezar a asistir a un Centro de Día de estimulación y rehabilitación cognitiva para adultos mayores. “Antes me pasaba las horas en casa de mi hija sin hacer nada, mientras todos estaban apurados haciendo sus cosas. Me había aislado de la gente de mi edad y me pesaba mucho la soledad. Entonces tuve problemas de memoria y trastornos del sueño. Empecé a venir a ‘la casita’ y me volvieron las ganas de seguir viviendo. Volví a tener horarios. Entre las 9 y las 16 estoy acá haciendo distintas actividades, desde pintura en tela hasta talleres de memoria. Y estoy ocupada y entusiasmada otra vez”, dice América, que sigue viviendo junto a su hija, su yerno y su nieto.

El caso de América es apenas uno en el marco de un fenómeno que crece: cada vez hay más adultos mayores que necesitan cuidados. Detrás del fenómeno confluyen varias razones. La principal, el aumento de la expectativa de vida, asociado generalmente a enfermedades crónicas que, en algún momento, generan distintos grados de dependencia.

Cuando la dependencia aparece, las familias enfrentan un reto para el que en la Región hay cada vez más servicios -desde centros de día a residencias, pasando por cuidadores domiciliarios y ofertas de teleasistencia- pero faltan instancias que orienten sobre cómo manejarse y a quién recurrir en ese momento tan difícil como clave, según destacaron a este diario distintos especialistas consultados.

Si en la sociedad tradicional el anciano necesitado de cuidados encontraba atención permanente en el seno de su propia familia, las cosas cambiaron significativamente, en ese sentido, en todo el mundo en las últimas décadas.

Para Silvia Gascón especialista de la Red Mayor de La Plata, detrás de este fenómeno destacan varios factores: los principales, la caída de la tasa de natalidad que hace que ahora sean menos los hijos capaces de hacerse cargo del cuidado de sus padres y la inserción de la mujer en el mundo del trabajo, que determina que en la mayor parte de los hogares no haya una persona que pueda disponer del tiempo necesario para cuidar de un adulto mayor que requiere cuidados permanentes.

Para adaptarse a esta realidad crecieron, en los últimos años, los servicios destinados a ofrecer cuidados a adultos mayores con algún grado de dependencia. Pero no fueron acompañados por una sistematización que oriente a las personas que atraviesan este momento acerca de por qué respuesta optar.

“Un ejemplo que da cuenta de esto es el de los cuidadores domiciliarios. Se estima que en todo el país hay alrededor de 20.000 personas capacitadas para el cuidado de ancianos. Pero no existe un registro, ni está sistematizada la información sobre ellos, ni hay una instancia estatal que oriente a las personas en esta materia”, dice Gascón.

Algo parecido pasa con los geriátricos. El concejal platense Pedro Borgini es autor de una ordenanza recientemente sancionada que busca crear un registro de establecimientos de este tipo en la Región y una instancia estatal que asesore a las familias necesitadas de una institución.

Según Borgini, que es secretario general de la Asociación de Trabajadores de Sanidad Argentina (ATSA) de La Plata, en la actualidad, en el Gran La Plata hay entre 400 y 500 geriátricos, aunque “muchos de ellos no están registrados como tales y otros no cumplen con la normativa dispuesta por el ministerio de Salud para estas instituciones”. Una situación similar se produce en todo el territorio bonaerense, lo que llevó a que en los últimos meses desde la Provincia y la municipalidad se tomaran medidas para normalizar este sector, entre ellas, la capacitación de trabajadores de ATSA como inspectores auxiliares.

Los expertos destacan, asimismo, la ausencia de centros especializados en tratar problemas específicos. La consecuencia es que, en la mayoría de los espacios coincidan adultos mayores con distintas discapacidades y problemas.

Otro renglón importante dentro del desafío que enfrentan las familias que deben buscar respuesta fuera de casa para el cuidado de sus adultos mayores es el económico.

Así, el costo mensual de los distintos servicios ronda entre los 1.500 y los 6.000 pesos. Muchos de ellos, como algunos geriátricos y casas de día son reconocidos por obras sociales como PAMI o IOMA, pero otros no, según destaca la geriatra Silvia Gascón.

“Uno de los casos puntuales es el servicio de teleasistencia, que se basa en la provisión de pulseras para el seguimiento del adulto que vive sólo”, indica la especialista.

¿Cuál es la alternativa más recomendada por los expertos para aquel adulto mayor necesitado de cuidados que no puede ser atendido por sus familiares?

Para la neuróloga platense Diana Cristalli, esto va a depender de cada caso particular.

“Un adulto mayor que después de jubilarse se aísla, se vuelve inactivo y vive una vida desorganizada, sin horarios para comer o dormir, puede recuperar la actividad, el contacto social y el orden en una casa de día”, dice.

En otros casos, cuando la dependencia y la necesidad de cuidados es mayor, el cuidador domiciliario y el geriátrico aparecen como las opciones más convenientes, siempre según las características de cada persona, destaca por su parte Silvia Gascón.

Los especialistas destacan , además, otras dos tendencias. La primera: hay un mayor número de abuelos que deciden por su cuenta internarse en una residencia y se ocupan ellos mismos de buscarla. La segunda: las hijas mujeres son las que más se ocupan del cuidado de sus padres ancianos.


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